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La despoblación de ciertas regiones: una amenaza para la igualdad de oportunidades - parte 1

Del 24 al 26 de mayo de 2023 se realizo un seminario sobre “La despoblación de ciertas regiones: una amenaza para la igualdad de oportunidades”. Este seminario que organizó USO – CCFAS (Unión Sindical Obrera – Centro Confederal de Formación y Acción Social) conjunto con MCL / EFAL (Movimento Cristiano Lavoratori / Ente Nazionale per la Formazione e l'Addestramento dei Lavoratori), el primero al amparo de EZA que se realiza en dos países con ponencias espejo sobre la situación en ambos países, ha tratado de hacer una radiografía del despoblamiento en Europa y cómo afecta a la desigualdad de oportunidades. El seminario fue financiado por la Unión Europea.

Y aquí, en Villafranca del Bierzo, en esta primera parte del proyecto, nos hemos acercado a conocer la realidad de todo el noroeste ibérico.

En la primera fotografía del seminario, hemos conocido en profundidad el Bierzo. La única comarca de Castilla y León, dentro de la provincia de León, linda con Galicia, Asturias y está cercana a Zamora y Portugal. Con algunas de ellas, especialmente con el sur de Asturias, comparte parte de su problemática con respecto a las transiciones energética y ecológica.

El Bierzo fue una comarca pionera durante la revolución industrial, asentada sobre la minería, la energía y la siderurgia. Su pico demográfico lo vivió en los pasados años 60. Pero, desde entonces, no ha hecho más que perder población, hasta perder, el año pasado, el horizonte de las 120.000 personas, más de un 10 % de pérdida en la última década.

Entre algunas de las conclusiones del diagnóstico, el Bierzo carece de una oferta formativa que permite a sus jóvenes apostar por estudiar y comenzar a trabajar allí, lo que provoca una emigración mayoritariamente sin retorno de la generación clave para sostener el futuro poblacional. Y, especialmente, el daño de la transición energética y la descarbonización, que solo supuso cierres y no sustituciones. Se perdieron 35.000 empleos en minería, 20.000 de ellos en la pequeña comarca de Laciana, que condenaron a todo el Bierzo a un altísimo desempleo.

Esos cierres fueron de macroempresas, pero los pocos proyectos sustitutivos que vieron la luz han sido microproyectos, con poco empleo, poca riqueza y, por lo tanto, pocas oportunidades.

El Bierzo, además, carece de buenas infraestructuras, tanto ferroviarias, sin ferrocarril rápido, viendo pasar las vías por otras provincias, como en materia de autovías: precisamente con las provincias que más se relaciona, Asturias y Ourense, no tiene una vía de alta capacidad, solo con Lugo.

Esta fotografía del Bierzo no es muy diferente de la expuesta sobre Asturias, Cantabria y el noroeste de Portugal. Todas ellas azotadas por una desindustrialización y descarbonización sin anestesia, castigadas con menos y peores infraestructuras, y, con todo ello, envejecidas y despobladas.

Algunos de los puntos de luz expuestos son la apuesta por el turismo sostenible, que no obstante debe ser solo un complemento de actividades principales; el polo industrial-tecnológico de Asturias; y los avances en políticas de despoblación de Cantabria, donde ya hay proyectos de ley que permiten dotar de presupuestos las políticas en la materia. Sin embargo, el conjunto de ponentes y participantes ponen el acento en una necesaria política industrial europea, sustentada a su vez en una armonización fiscal, que permita que no nos robemos la industria entre nosotros y que luche de verdad contra la deslocalización.

En Portugal, la gran dicotomía se da entre la costa y el interior. Casi la mitad de la población está en las áreas metropolitanas de Lisboa y Porto, y del resto, la mayoría está en pequeñas ciudades, casi todas en la costa, y solo el 26 % en pueblos. Esta tendencia hacia las grandes urbes ha crecido en los últimos años y Portugal se ha convertido en un país de asimetrías regionales, siempre con el interior con dificultades para fijar población.

Una decisión fatídica para el interior en la historia reciente ha sido la intervención de la troika durante la crisis financiera: la obligación de austeridad y recortes dejó al interior rural sin servicios sociales, agrupándolos en cabezas comarcales para ahorrar, pero alejándolos de los ciudadanos, o también con menos inversión en infraestructuras. La población optó aún más por emigrar a ciudades con más servicios. En la actualidad, se trata de revertir con medidas específicas para el interior, pero muchas de ellas son demasiado puntuales y simbólicas como para conseguir resultados globales.

Con la expansión del teletrabajo durante la pandemia, no obstante, Portugal está explorando nuevas vías de atracción de población, como ha sido la primera normativa para ofrecer visados a nómadas digitales extracomunitarios. Una forma de conseguir población joven, formada y con ingresos para regiones aisladas o incluso ultraperiféricas, como Madeira y Azores.

Precisamente por ultraperiférico, un caso particular es el expuesto sobre Canarias. En este caso, hablamos de una región muy alejada de su territorio continental de referencia, y, a su vez, cuenta con un efecto centro y periferia entre las diferentes islas. Así, las islas pequeñas, como La Palma, El Hierro, La Gomera y Fuerteventura, pierden servicios y población a pasos agigantados. La mayor sangría se da entre los jóvenes, que deben mudarse a las dos islas capitalinas para estudiar. Dos islas, Tenerife y Gran Canaria, que, sin embargo, están densamente pobladas.

Se trata de corregir la insularidad con medidas fiscales y en transportes, o con proyectos particulares. El Hierro, declarada Reserva de la Biosfera, se ha convertido en un espacio sostenible y autoabastecible. En 2014, se convirtió en la primera isla autosuficiente de todo el mundo.

Como marco común de casi todos los casos de despoblación, hemos conocido en profundidad cómo se está desarrollando el cambio climático, cómo se intenta sin demasiado éxito revertirlo mediante una mal llamada transición climática justa y cómo nos quedan solo dos vías realistas: mitigar los efectos, que no revertirlos, y adaptarnos a la nueva realidad climática, tanto como personas como eligiendo sectores más sostenibles. Hay muy pocos deberes hechos en este sentido, solo en cuanto a eficiencia energética.

La mujer ha sido igualmente protagonista de este seminario, con una sesión propia. Ya que la desigualdad de género, han coincidido los ponentes, se acrecienta en el medio rural, es necesario atender a esta doble desigualdad. A pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en este aspecto, aún es necesario implementar más servicios orientados a la conciliación para favorecer el desarrollo profesional de la mujer rural y, sobre todo, actuar en el ámbito de la violencia de género, mucho más profunda y larga en el tiempo en el área rural. La mujer, se ha dicho varias veces en este seminario, es la que fija población y, sin embargo, la que más emigra del medio rural, 2 de cada 3 expatriados. Sin mujeres, no habrá pueblos.

En el último día de ponencias, hemos conocido cómo en Portugal, se han creado unas organizaciones sin ánimo de lucro y con participación pública, los IPSS, que, en el interior del país, la zona más castigada por la despoblación, garantiza la prestación y el acercamiento de los servicios sociales a grandes áreas con poca población y dispersa. Sin embargo, en muchas ocasiones tienen problemas tanto de financiación como de recursos humanos.

Además, sobre España, se presentó el esquema de ciudades españolas, con demasiados municipios pequeños que no pueden acometer la prestación de servicios sociales de calidad. Agudizado esto, además, por la gran dispersión. Todo ello provoca que, en la práctica, la garantía constitucional de los servicios sociales dependa, finalmente, de dónde viva cada uno.

Así, en algunos lugares se han puesto en marcha servicios compartidos entre organismos supralocales y mancomunidades, que se ha ejemplificado desde Galicia. Pero estos servicios deben estar sustentados, además, por unas buenas infraestructuras viarias y ferroviarias, creadas y bien conservadas, para no dejar zonas enteras aisladas.

Por todo esto, todas las organizaciones de trabajadores participantes han acordado redactar y respaldar una carta a todos los gobiernos competentes, autonómicos y central español, solicitando, con base en las conclusiones de este seminario, la puesta en marcha de la red necesaria de carreteras y vías para frenar la despoblación del noroeste.

Por último, USO quiere recoger y trasladar una queja propia y también de los invitados. USO entiende que las ayudas europeas para la formación de los trabajadores, con el objetivo prioritario de los trabajadores más vulnerables, deben servir precisamente para dinamizar zonas como la que ha acogido este seminario: el Bierzo.

Con las nuevas condiciones de transporte de la Comisión Europea, que en ningún momento tienen en consideración estos problemas de infraestructuras y accesibilidad de las regiones más despobladas, lo único que se consigue es que, como el resto de actividades económicas y privadas, se obligue a apostar por las grandes ciudades, conectadas y pobladas, como sede de este tipo de seminarios.

Por ello, no podemos por más que cerrar este seminario afirmando que este giro de la Comisión Europea es un culpable más de tener que titular así el seminario: “La despoblación de las regiones: una amenaza para la igualdad de oportunidades”.