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Las relaciones laborales y la cogestión

Del 16 al 19 de diciembre de 2021 se celebró en Praga un seminario sobre «Las relaciones laborales y la cogestión», organizado por la CFTC (Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos), con el apoyo de EZA y la Unión Europea.

En el seminario participaron 30 representantes de organizaciones de trabajadores. Estuvieron representados los siguientes países: Alemania, Austria, Bulgaria, Eslovaquia, Francia, Lituania, Portugal y Rumanía.

El seminario fue moderado por Joseph THOUVENEL, Secretario Confederal de la CFTC.

Se debatieron los siguientes temas:

  • «Las relaciones sociales en Austria» por Norbert SCHNEDL, vicepresidente de la Confederación austriaca de sindicatos – OGB.
  • «Relaciones sociales y jerarquía en un grupo multinacional», por Christian Sánchez, asesor social del grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy).
  • «La gestión conjunta, las condiciones de la eficacia», por Pierre-Marie Hebert, vicepresidente del Órgano Mixto Regional Pôle Emploi Normandie.
  • «La práctica alemana de cogestión» por Raynald THANNISCH, jefe de la Unidad de Política de la DGB Alemania.
  • «Cómo la aplicación y el control de la protección social pueden favorecer el paritarismo», por Michel Samsonoff, vicepresidente de ADIMECO (asociación de mutualidades).
  • «Relaciones sociales en Bulgaria», por Veselin Mitov, secretario internacional de PODKREPA, Bulgaria.
  • «Las relaciones jerárquicas en las empresas en Portugal», por María Reina Martín, vicepresidenta de FIDESTRA - Portugal.
  • «Las relaciones sociales en Rumanía» por Silviu ISPAS, director del IFES (Instituto de Formación Económica y Social).
  • «En Francia, ¿qué paritarismo?» por Bernard Vivier, director del IST (Instituto Superior del Trabajo).
  • «Las relaciones (patronales, sindicales, asociativas) en el seno de los Consejos Económicos y Sociales», por René Bertail, presidente de la Comisión de Asuntos Europeos e Internacionales del CESER (Consejo Económico y Social de Île-de-France).

Resultados del seminario

Por un lado, Alemania es la cuna de la codeterminación con sus instituciones como el comité de empresa (pequeñas empresas) y el consejo de vigilancia (empresas con más de 500 trabajadores que tienen una gran influencia en las decisiones económicas de las empresas). Asimismo, Austria goza de un estatus especial en lo que respecta a las relaciones laborales y a la colaboración social. Por otro lado, los demás países participantes en el seminario constatan un debilitamiento del diálogo social en sus países, y en particular en Francia, donde parece haber una voluntad por parte de los sucesivos gobiernos de interferir, o incluso controlar, las instituciones dirigidas por los interlocutores sociales.

En Rumanía, la Ley 62/2011 sobre el diálogo social (modificada en enero de 2016), cuyo espíritu era flexibilizar, hacer más real y moderno el diálogo social, estableció condiciones estrictas para la constitución de sindicatos, redujo la protección jurídica de los representantes de los trabajadores y suprimió la posibilidad de celebrar un convenio colectivo a nivel nacional. La ley también debilitó la obligación de información del empresario, pues ya no está obligado a invitar a los representantes sindicales al Consejo de Administración, sino solo a informarles por escrito de las decisiones del Consejo relativas a los intereses profesionales, económicos y sociales de los trabajadores.

Sin embargo, la historia y varios estudios han demostrado la eficacia política, económica y social de la cogestión y el paritarismo.

La cogestión es la mejor manera de asegurar el futuro de las empresas, ya que permite la equidad y sigue siendo la mejor manera de afrontar las crisis económicas.

El paritarismo, por su parte, sigue siendo el garante de la protección de las buenas relaciones sociales, que son esenciales para el funcionamiento y la sostenibilidad de los sistemas sociales.

Asociar a los representantes de los accionistas, a la dirección de la empresa y a los trabajadores mediante el trabajo conjunto y la responsabilidad compartida parece ser una garantía de eficacia y de buen equilibrio en las relaciones sociales.

Decisiones

Luchar contra el debilitamiento de las organizaciones sindicales, fomentando las políticas públicas para preservar el paritarismo, su existencia y su lugar en nuestras sociedades, ya sea, como en Francia, el paritarismo en la gestión, la administración o la negociación, o desarrollando sistemas similares en Europa. Dejemos que sean los interlocutores sociales, los interlocutores naturales, los que regulen un sistema social para el que están mejor situados para tomar las decisiones adecuadas en este ámbito.

Hay que restablecer la confianza de los trabajadores en sus instituciones y empresas representativas mediante la búsqueda de una asociación entre el capital y el trabajo.

Esta asociación no se debe limitar a la redistribución de beneficios, sino que debe implicar razonablemente a los trabajadores y a sus representantes en las decisiones que afectan al funcionamiento y al futuro de las empresas.

Hay que establecer o restablecer la confianza entre los agentes económicos. Dar los medios legales a los actores sociales para unir sus ambiciones, es decir, el éxito de la empresa y la sostenibilidad de la protección social.

Puede ser conveniente combinar una legislación incentivadora y otra vinculante, como en Alemania, permitiendo a los trabajadores organizarse libremente en las empresas de más de 5 trabajadores, por un lado, e imponiendo la paridad de codeterminación entre empresarios, trabajadores y sindicatos en las empresas de más de 2.000 trabajadores, por otro.

Se trata de actuar en la dirección de una verdadera: «democracia económica y social» que todos los actores políticos reclaman en nuestros Estados de derecho.

Consecuencias

La posible redefinición del lugar de los actores sociales en nuestros países y la revalorización del capital humano en el proceso de toma de decisiones.

Eficiencia política en la que los Estados y las normas europeas siguen siendo garantes del buen funcionamiento de las instituciones pero no interfieren en su gestión, dejando al cuerpo social libre para organizarse.

Eficiencia económica (lucha contra el dumping social) y beneficios colectivos para todos los trabajadores, y eficiencia social (actores cuyos intereses son a priori divergentes unirán sus fuerzas por la misma causa buscando compromisos sostenibles).

La búsqueda de la motivación de los trabajadores a través de su empoderamiento y su participación activa en el logro y el éxito de la empresa.

La creación de riqueza que beneficia a toda la sociedad en una lógica de redistribución legítima y equitativa.

Centrarse en la humanización de la empresa y en la condición sine qua non de su éxito, basada en la existencia de relaciones sociales privilegiadas.

Devolver plenamente a las organizaciones empresariales y sindicales sus prerrogativas naturales de subsidiariedad para que nuestras sociedades sigan construyéndose a sí mismas, con un espíritu fuerte y dinámico.

Devolver el sentido al valor del trabajo y preservar el valor del capital devolviendo la solidaridad, el reparto y la participación en la toma de responsabilidades en la empresa.

Por último, el trabajo conjunto, la unión de fuerzas para lograr sociedades más justas en las que cada uno sea un verdadero actor de su propia vida social, permitirá el desarrollo armonioso de una Europa económica y social equilibrada.