Del 29 al 30 de septiembre de 2022, se celebró en Vilna (Lituania) el seminario de inicio de EZA, organizado en cooperación con LPS «Solidarumas»ۜ (Lietuvos Profesinė Sąjunga «Solidarumas») y el Centro Formativo LDF (VsI Centro Formativo de la Federación Lituana del Trabajo), financiado por la Unión Europea.
Lituania, en la frontera exterior oriental de la UE y vecino directo de Ucrania y Rusia, proporcionó un telón de fondo muy apropiado para el tema de este año: «Solidaridad y paz social en tiempos revueltos».
La UE –y no solo ella– se enfrenta a varias crisis: todavía hay que hacer frente a las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, hay que dar forma minuciosamente a la reestructuración ecológica y equitativa de sus economías para limitar las consecuencias del cambio climático, escasez de trabajadores cualificados debido a la evolución demográfica Y lucha contra las consecuencias de la guerra rusa contra Ucrania, que se manifiestan en una inflación galopante y unos precios de la energía por las nubes.
La necesidad de un diálogo social que funcione bien es evidente. Los interlocutores sociales tienen un papel esencial que desempeñar en un contexto futuro de disminución del poder adquisitivo para proteger a los trabajadores del riesgo de pobreza y preservar la paz social en toda Europa. Se trata de contrarrestar las corrientes populistas que quieren dividir a las sociedades europeas y de quitarles el viento de sus velas. Uno de los ponentes señaló acertadamente que necesitamos una combinación de diferentes políticas que combinen el control de los precios y el aumento de los salarios y se basen en un diálogo social sólido.
No será fácil, porque en muchos países la cobertura de los convenios colectivos es muy baja, como nos recordaron los colegas lituanos. Está lejos del objetivo del 80 % fijado por la Directiva de la UE sobre el salario mínimo, recientemente adoptada. No obstante, la Directiva es un gran éxito para quienes luchan por una Europa más social y un paso en la buena dirección.
Tras años de ataques al diálogo social en muchos estados miembros de la UE, los participantes acogieron con satisfacción la nueva iniciativa de la Comisión Europea sobre diálogo social presentada por Jörg Tagger, director de Unidad de la DG Empleo. Jörg Tagger explicó que son necesarios más acuerdos entre los interlocutores sociales a nivel europeo.
La Recomendación de la UE sobre el diálogo social, anunciada para enero de 2023, rinde homenaje al papel positivo que los sindicatos pueden y deben desempeñar en estos tiempos difíciles y surgió del Plan de Acción para el Diálogo Social. Al mismo tiempo, varias voces escépticas subrayaron que el éxito de la nueva iniciativa dependerá de su eficacia en la práctica.
Los debates de Vilna también mostraron claramente que se necesitan innovaciones para dominar las crisis actuales y gestionar la transición hacia una economía digital y más sostenible. Por ello, los sindicatos y las organizaciones de trabajadores también están llamados a cuestionar una y otra vez su postura y a avanzar con audacia hacia el futuro. Con respecto al Diálogo Social 4.0, los representantes de los sindicatos y de las organizaciones de trabajadores necesitan oportunidades de formación para que podamos resolver todos los retos a los que nos enfrentamos. Esto es lo que puede hacer EZA como centro de formación con una larga tradición.
Solo hay 550 km entre Vilna y Lviv. Oleksandr Dzhulyk y Yuriy Kurylo, del sindicato ucraniano Vost «Volya», presentaron un informe deprimente sobre la situación en Ucrania y describieron cómo ha cambiado el trabajo de su organización en tiempos de guerra. Varios ponentes subrayaron la importancia de integrar a los refugiados ucranianos en el mercado laboral de la UE como herramienta prioritaria para su integración social. Al mismo tiempo, se observa el riesgo de dumping social y desregulación debido a la afluencia de grupos vulnerables de trabajadores, que es necesario abordar. Los esfuerzos de muchas organizaciones miembros de EZA van en esta dirección, ya que apoyan tanto a los refugiados ucranianos como a los trabajadores locales. Se señaló acertadamente que nuestro apoyo no debe limitarse a las personas que huyen de Ucrania. Hay muchos otros refugiados de otros países que merecen el mismo apoyo.