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Integración e inclusión de los jóvenes en el mercado laboral de la Unión Europea

Del 14 al 17 de marzo de 2023 se celebró en Herzogenrath, Alemania, un seminario sobre «Integración e inclusión de los jóvenes en el mercado laboral de la Unión Europea», organizado por NBH (Nell-Breuning-Haus) en cooperación con EZA y financiado por la Unión Europea. En el seminario participaron 31 representantes de organizaciones de trabajadores de Alemania, Bélgica, Países Bajos, Letonia, Bulgaria y Polonia.

En la UE hay unos 87 millones de personas con algún tipo de discapacidad. En Europa, muchas personas con discapacidad no tienen las mismas oportunidades en la vida que los demás. Desde escuelas o lugares de trabajo hasta infraestructuras, pasando por productos, servicios e información, no son accesibles para todos.

El Principio 17 del Pilar Europeo de los Derechos Sociales postula el derecho de las personas con discapacidad a una ayuda a la renta que les garantice una vida digna, a servicios que les permitan participar en el mercado laboral y en la vida social, y a un entorno laboral adaptado a sus necesidades. A pesar de estas condiciones marco, declaraciones de intenciones y primeros logros importantes en favor de las personas con discapacidad (por ejemplo, el Acta Europea de Accesibilidad, el Reglamento sobre los Derechos de los Pasajeros con Movilidad Reducida en los Principales Medios de Transporte; la Directiva sobre Accesibilidad a Internet, las Normas de Accesibilidad en toda la UE, el Proyecto Piloto sobre la Tarjeta de Discapacidad de la UE, el Marco de Seguimiento de las Tarjetas de Aparcamiento de la UE), ¡la integración y la inclusión siguen siendo un reto! Solo la mitad de las personas con discapacidad tienen trabajo, frente a tres de cada cuatro personas sin discapacidad. El 28,4 % de las personas con discapacidad están en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 17,8 % de las personas sin discapacidad. Solo el 29,4 % de las personas con discapacidad se gradúan en la enseñanza superior, frente al 43,8 % de las personas sin discapacidad. El 52 % de las personas con discapacidad se sienten discriminadas.

En nuestro seminario pudimos tratar intensamente las situaciones iniciales a través de los impulsos y los debates con los dos ponentes principales. En concreto, se enumeraron los distintos ámbitos de actuación de los estados miembros (contenidos presentados: https://www.eza.org/en/publications/publications-on-the-social-dialogue/no-47-menschen-mit-behinderungen-auf-dem-arbeitsmarkt-hebel-fuer-eine-hoehere-beschaeftigungsquote) – la información de base se completó con ejemplos de buenas prácticas y experiencias personales de éxito en la inclusión (p. ej: https://cdn.dosb.de/alter_Datenbestand/fm-dosb/arbeitsfelder/Breitensport/Inklusion/pdfs/Portraet_Sina_Eghbalpour_BARRIEREFREI.pdf).

En la primera ronda de expertos que se celebró a continuación, se presentó y debatió el abanico que va desde los talleres en Alemania (sin salario mínimo, derechos de los trabajadores limitados, pero con una elevada función protectora) hasta el sistema belga de talleres («pago de salario normal», pero con ayuda financiera, de modo que «solo» se debe ganar el 60 %), pasando por un sistema puro de subvención de costes salariales sin «talleres». El resultado de esta ronda fue que ciertamente no existe un modelo perfecto, pero sin duda se puede aprender de los demás. Así, durante la visita al taller belga, se pudo debatir in situ que, además de la productividad, también habría que integrar refugios para las personas que pueden permanecer en la empresa tras varios años de trabajo y deterioro de su rendimiento sin perder sus vínculos sociales, lo que constituía una gran ventaja de los talleres alemanes.

El segundo panel de expertos debatió el abanico de derechos de participación entre el modelo alemán (ningún comité de empresa, ninguna/muy poca participación sindical, alternativamente solo comités de empresa para empleados con deficiencias) y el modelo belga (comité de empresa y delegado sindical en la empresa). Aunque un representante del LAG de los comités de empresa defendió el modelo, hay que tener en cuenta que los derechos de los comités de empresa (solo existen desde 1996, con mejoras en 2001 y 2018) siguen estando muy por detrás de las posibilidades de un comité de empresa con participación sindical y que aquí urgen cambios.

Conclusiones finales:

- Sigue siendo una tarea para todas las organizaciones participantes actuar como multiplicadores en sus países/regiones para ver cómo se practica la inclusión y cómo las experiencias del informe EZA/HIVA y del seminario pueden mejorarla localmente.

- Sigue siendo un reto europeo pensar en la inclusión en términos europeos. Es necesario mejorar mucho la interconexión entre los agentes (en el seminario, por primera vez, empleados de talleres de Aquisgrán y Eupen (a menos de 20 km) pudieron intercambiar ideas y aprender unos de otros).

- Otro reto europeo es el desmantelamiento de las fronteras. No es aceptable que un trabajador (con deficiencias) pierda su empleo tras muchos años de servicio solo porque se traslada y su nuevo domicilio ya no está en Bélgica, sino en Alemania.

- El diálogo social en el contexto de la inclusión activa en el lugar de trabajo sigue siendo un reto europeo. Aunque existe un marco jurídico europeo, el declive en los estados miembros dista mucho de ser satisfactorio. En particular, la participación de los sindicatos en el proceso de negociación de las condiciones de trabajo y las estructuras salariales sigue siendo difícil en muchos países.

- Uno de los grandes retos que observamos es la capacidad de participación de las propias personas con discapacidad. En Alemania, el proyecto de ámbito nacional «¿Cómo funciona la democracia?» está probando actualmente qué medidas son necesarias en las instituciones para discapacitados para que los jóvenes trabajadores de los talleres sean fuertes para la participación democrática y política (en sus empresas). Conocen sus derechos, saben cómo influir y dónde, etc., son cuestiones que deben ponerse más de relieve. La experiencia del proyecto demuestra que hasta ahora solo unas pocas personas con discapacidad se han beneficiado aquí de formaciones y seminarios para aumentar la competencia democrática. Como organizaciones implicadas, tenemos que pensar en nuevas formas de enseñar estas habilidades a las personas discapacitadas. Los seminarios necesitan formatos diferentes, un lenguaje fácil, apoyo específico, nuevos accesos/plataformas de medios sociales, etc. Una red europea tendría grandes oportunidades de beneficiarse de las personas con discapacidad que han aprendido a expresar sus necesidades en este contexto. La experiencia del proyecto «¿Cómo funciona la democracia?» demuestra que la quieren.