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El sector agroalimentario y la COVID-19: de la situación actual a las perspectivas futuras para la salud de los trabajadores

ICRA Europa, en cooperación con EZA y con el apoyo financiero de la UE, organizó un seminario sobre “El sector agroalimentario y la COVID-19: de la situación actual a las perspectivas futuras para la salud de los trabajadores” del 3 al 5 de diciembre de 2021 en Roma. Con esta temática, participó en el evento celebrado en 2021, que tuvo lugar bajo el lema “Protección y seguridad en el trabajo” y que también se dedicó al sector alimentario.

El enfoque de las presentaciones individuales y las consecuentes discusiones en el pleno fueron sobre la recuperación y posible consolidación de un sector económico cuya eficiencia se debe basar en la salud de los trabajadores, cuyo trabajo diario y digno, pagado justamente, contribuye directa e indirectamente a ello. Se hizo especial hincapié en la importancia del diálogo social entre las partes implicadas. Un requisito importante es una mayor voluntad de diálogo por parte de los implicados, también gracias a una relación de confianza reforzada entre los agentes de la producción, la elaboración y la venta.

Las consecuencias de la pandemia – se aclaró en el evento – no se limitan al aspecto sanitario; Más bien, las condiciones de vida de la gente también deben tenerse en cuenta, ya que las desigualdades económicas, sociales y culturales han aumentado. También existen problemas psicológicos que han surgido por la pandemia, aunque poco se habla de ellos. La necesidad de asegurar un trabajo digno y justamente pagado con una relación laboral segura y duradera es cada vez más evidente.  

En este contexto, se señaló el creciente malestar entre los obreros, cuyas horas de trabajo diario son cada vez más largas sin que por ello se les pague más, sino todo lo contrario. Deben examinarse las condiciones laborales de los empleados a todos los niveles de la cadena de valor. El consumidor solo puede hacer una elección bien informada si conoce no solo el origen de los productos, sino el tratamiento de los trabajadores que los tratan. Los jornaleros suelen ser inmigrantes indocumentados que vienen de distintos países y están contratados para trabajos de temporada. Se les considera invisibles, y no disfrutan de la protección de los organismos institucionales.

Los modelos laborales que han surgido debido a la pandemia también se analizaron y evaluaron. Uno de estos modelos de trabajo es el trabajo inteligente, que no es útil para un sector puramente agrícola, pero que es importante por las condiciones laborales en otros sectores. La gente ya no tiene que desplazarse al trabajo, al mismo tiempo que se les exige que se adapten mentalmente, y hay que procurar que no afecte a la vida privada de los trabajadores. Para contrarrestar este peligro, es necesario establecer una clara separación para preservar la salud de los empleados y posibilitar su recuperación.

En cuanto a la seguridad de los trabajadores y a la aparición de enfermedades profesionales, quedó claro que existen unos factores de riesgo subjetivo y objetivo en el campo de la agricultura. El papel del sindicato es promocionar la educación y la formación para prevenir los accidentes que afectan a los agricultores. Desgraciadamente, todavía no hay suficiente conciencia de ello en a nivel europeo; crearla debe convertirse en una tarea del diálogo social europeo.

La pandemia, se resaltó en el seminario, nos ha hecho darnos cuenta de dos cosas: la importancia del sector alimentario y la necesidad del reconocimiento de ese trabajo en el sector. En lo que se refiere a lo segundo, el trabajo de los sindicatos es de inmensa importancia. En algunos países, como Bulgaria, ha tenido lugar negociaciones de los sindicatos, con el resultado de establecer un salario mínimo para los trabajadores.