Dos días de debates sobre las políticas antiinflacionistas en Europa y el papel de las organizaciones de trabajadores
La segunda edición de la Conferencia de EZA en Bruselas tenía como objetivo examinar algunas de las políticas adoptadas a nivel nacional y europeo para luchar contra la inflación y el papel de los sindicatos al respecto.
Los participantes en el primer panel, dedicado a la política salarial, reconocieron unánimemente el papel clave de los interlocutores sociales y del diálogo social para ayudar a preservar el poder adquisitivo de los trabajadores. Sin embargo, como era de esperar, las perspectivas de los trabajadores (Veselin Mitov, Podkrepa) y los empleadores (Isaline Ossieur, BusinessEurope) diferían en cuanto a la contribución de unos salarios más altos al nivel de precios. En cuanto al papel de la política, Dennis Radtke (Parlamento Europeo, PPE) subrayó que la Unión Europea, y en particular el Parlamento Europeo, no tiene la sartén por el mango cuando se trata de soluciones a corto plazo. Sin embargo, la UE ha hecho una importante contribución con la adopción de la directiva sobre salarios mínimos adecuados. La directiva es un instrumento clave que los sindicatos pueden utilizar desde ahora para apoyar sus reivindicaciones salariales, insistió Torsten Müller de ETUI, señalando los ejemplos belga, austriaco y holandés.
Otro instrumento utilizado para luchar contra la inflación es la política monetaria, que fue el tema del segundo panel. David Sondermann (BCE) hizo un repaso de la actuación reciente del Banco Central Europeo para hacer frente a la inflación. También señaló que la actual subida de precios no se debe únicamente a factores de oferta, como la guerra de Ucrania o la pandemia, sino también a un choque de demanda en la UE. Sin embargo, según los sindicatos, las sucesivas subidas de los tipos de interés decididas hasta ahora por el banco central tienen un impacto muy incierto sobre la inflación. Además, dado su impacto negativo sobre el crecimiento y el empleo, "el remedio puede ser peor que la enfermedad", advirtió Renaat Hannsens, del ACV. Clément Fontan (Universidad Católica de Lovaina) reconoció que el BCE actual está más abierto a reconocer la contribución de factores como el aumento de los beneficios de las empresas a la actual crisis de inflación. Sugirió que el instituto de Frankfurt debería prestar más atención a sus objetivos secundarios (crecimiento, empleo) y no sólo a la estabilidad de precios, y llamó a la colaboración con el Parlamento Europeo.
La dependencia exterior de la UE para el suministro de materias primas críticas fue el tema del tercer panel. Así, por ejemplo, el conflicto en Ucrania y las sanciones contra Rusia han provocado una escalada de los precios de la energía, uno de los principales componentes de la inflación actual. Outi Slotboom (DG Mercado Interior, Comisión Europea) presentó los principales pilares de la estrategia de autonomía abierta de la UE, el plan de la Unión para acabar con su dependencia de las importaciones. Alexander Conway (Resilium) destacó las cuestiones que plantea esta estrategia, en particular el impacto social y medioambiental de su aplicación.
