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Las consecuencias sociales y humanas de la pandemia de la covid-19 sobre las medidas de apoyo y supervisión para la inclusión de los grupos más vulnerables

Los días 16 y 17 de junio de 2022 se celebró en Namur / Bélgica un seminario sobre «Las consecuencias sociales y humanas de la pandemia de la covid-19 sobre las medidas de apoyo y supervisión para la inclusión de los grupos más vulnerables», organizado por CET Namur (Centre Européen du Travail Namur), con el apoyo de EZA y financiado por la Unión Europea.

Las consecuencias de la pandemia de COVID, tanto si proceden de Bélgica como de los demás estados miembros que participaron en este seminario, pueden ser beneficiosas para toda la UE.

En lugar de lamentar el dramático impacto de la COVID en la sociedad en general y en los sistemas de organizaciones vivas, conviene centrarse en el papel –a veces acelerado– que la pandemia ha impuesto a todas las partes interesadas, que se ven obligadas a ver la realidad socioeconómica tal como es.

Una ola positiva se compromete a emprender acciones concretas en materia social, económica, conductual, estructural y emocional en beneficio de los usuarios.

Uno de los indicadores inmediatos de la pandemia es la urgente necesidad de abordar situaciones de precariedad, pobreza y cuestiones de inclusión/exclusión. El seminario se centró especialmente en las mujeres sin hogar, que recurren cada vez más a estrategias de evasión que las mantienen fuera del radar de la asistencia social.

1. Hemos oído hablar de un método de trabajo que puede aplicarse plenamente en los estados miembros de la UE, propuesto por el Grupo de Trabajo de Impacto Social del Servicio Público Federal Belga de Seguridad Social:

- Como de costumbre, ya que las estadísticas sobre empleo, sanidad, medidas sociales, educación, etc. tardan en publicarse y estar disponibles, en este caso concreto la recogida de datos se hace ahora casi en tiempo real, con una visión directa del impacto socioeconómico de la COVID.

- Los datos socioeconómicos se recogen con el apoyo de expertos procedentes de la experiencia, la sociedad civil, los sindicatos y las asociaciones que trabajan sobre el terreno.

- La ventaja de disponer de datos estadísticos basados en situaciones sobre el terreno en tiempo real alimenta planes de acción que cuentan con el apoyo de los políticos, y a corto plazo.

2. Durante el confinamiento, el uso del espacio público estaba prohibido y desierto. El vínculo social se ha perdido para las personas sin hogar, con graves consecuencias para la situación de las mujeres en situación precaria e incluso para las mujeres en centros de acogida. Las observaciones de los ponentes del segundo panel son convergentes: aumento de la violencia doméstica, disminución de las prácticas de reparto de las tareas domésticas en detrimento de las mujeres, problemas de pareja agravados por el confinamiento y las restricciones sanitarias, teletrabajo generalizado, disminución de los ingresos del trabajo o de las prestaciones sociales calculadas sobre el salario que conducen a la precariedad, etc.

 

Soluciones destacadas:

- La creación de centros de acogida accesibles únicamente a las mujeres sin hogar, con personal de recepción y apoyo bien formado en cuestiones femeninas.

- Crear un observatorio de las personas sin hogar para documentar la situación y proponer soluciones de salida respaldadas por políticas.

- Las mujeres son las perdedoras de la pandemia, aunque se las considera como heroínas al enfrentarse a ella. Es importante aplicar la legislación vigente en materia de igualdad salarial, igualdad de trato en el lugar de trabajo y en la sociedad, y eliminación de la violencia y el acoso tanto en el lugar de trabajo como en la sociedad.

- Se propuso dar respuesta a diversos instrumentos jurídicos como:

• «La directiva sobre transparencia salarial entre hombres y mujeres», que debe reforzarse;

• La directiva sobre conciliación de la vida laboral y familiar para impulsar un cambio real hacia la valorización del trabajo asistencial, tanto no remunerado como remunerado. Debe exigirse una aplicación ambiciosa de esta directiva en los distintos estados miembros en beneficio de todos los trabajadores.

• Todos los estados miembros deben esforzarse por crear guarderías de calidad accesibles a todos los trabajadores, especialmente a los más vulnerables en busca de formación.

• El teletrabajo debe verse como una herramienta de flexibilidad positiva, no como una cura para la falta de plazas de guardería o una venda para las políticas fallidas de movilidad de los trabajadores.

• Debe abordarse la deficiente aplicación de la legislación sobre acoso laboral.

• La C 190 de la OIT sobre violencia y acoso debe ratificarse y aplicarse en todos los estados miembros de la UE por todos los medios legislativos apropiados.

En el plano político e institucional, el Servicio Federal Belga ha puesto en marcha un plan de acción sobre medidas de integración de la perspectiva de género, pidiendo a las autoridades que lleven a cabo análisis de género en todos los niveles de actuación y que elaboren informes sobre la aplicación concreta de las medidas, con el fin de medir el impacto de las políticas previstas sobre las mujeres. Este tipo de prácticas, capaces de concienciar sobre el retraso en la aplicación de la igualdad de género, pueden ser fuente de inspiración en los estados miembros de la UE.

3. Las opiniones de las organizaciones de formación coinciden en que es ilusorio creer que es posible abandonar las ventajas de la formación y la enseñanza presencial cuando el impacto de la crisis sanitaria ha permitido desarrollar la «agilidad tecnológica» en los alumnos y formadores, es decir el aprendizaje presencial. El entorno laboral, al igual que el entorno de la formación, es un entorno en el que lo colectivo tiene su lugar, aunque solo sea por razones de captación de la atención de los alumnos o por los peligros de abandono o cambio. Además de estos riesgos, no podemos ignorar la cuestión de la brecha digital en sus diversos aspectos, y la pérdida de contactos y, por tanto, de derechos que la digitalización de los servicios acarrea a los usuarios débiles y precarios. La desmaterialización de los servicios públicos debe ir seguida de una cultura de servicio y apoyo.