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El impacto de las nuevas políticas activas de mercado en Europa

El tema del seminario celebrado los días 1 y 2 de diciembre de 2022 fue «El impacto de las nuevas políticas activas de mercado en Europa». Participaron 46 representantes de organizaciones de trabajadores de 12 países europeos y 17 ponentes. El evento tuvo lugar en St Julian's (Malta) y fue organizado por UHM Voz de los Trabajadores, con el apoyo de EZA y financiado por la Unión Europea.  

Aspectos importantes en el punto de mira

El evento analizó el impacto que pueden tener las políticas activas del mercado laboral para hacer frente a los grandes retos económicos y sociales que, a su vez, repercuten directamente en la calidad de vida.  Los temas que se trataron fueron los siguientes:

  • Panorama de la evolución de las políticas del mercado laboral con especial referencia al escenario maltés
  • Retos que plantea el aumento de la participación laboral en relación con la conciliación de la vida laboral y familiar
  • Impacto de la pandemia de COVID-19 en el mercado laboral y riesgos de una generación perdida en virtud del cierre de escuelas
  • La experiencia de los nacionales de terceros países que trabajan en empleos mal pagados y las presiones a la baja sobre los salarios del resto de la mano de obra
  • Recualificación y perfeccionamiento de la mano de obra para responder a las necesidades de cambio de la economía y a los nuevos retos
  • Responder a la demanda de sectores específicos con escasez de mano de obra
  • Impacto de la automatización y la inteligencia artificial en el mercado laboral
  • Luchar contra la economía sumergida y capacitar a los trabajadores mal pagados y expuestos a la explotación para que luchen por sus derechos, probablemente mediante la sindicación obligatoria
  • Iniciativas de la UE en favor de la inclusión y la integración en el mercado laboral

Resultados y llamamientos a la acción

  • La pandemia de COVID-19 ha repercutido negativamente en la conciliación de la vida laboral y familiar, especialmente para las mujeres, que soportan la mayor carga en lo que respecta a las responsabilidades familiares. Debe haber un mayor reconocimiento del «trabajo no remunerado» y esto debe hacerse mediante políticas específicas que sitúen este tipo de trabajo al mismo nivel que otras actividades laborales. 
  • Las políticas activas de mercado laboral deben centrarse en aumentar el capital humano y no solo las cifras, ya que la forma más sostenible de mejorar el equilibrio entre vida laboral y familiar, como la reducción de la semana de 40 horas, es impulsar la productividad de los trabajadores.
  • La formación profesional es clave para tener una economía diversificada y hacer frente a la escasez de mano de obra. Además, el sistema debe basarse en la formación por competencias para que los estudiantes puedan acompasar el proceso de aprendizaje a sus necesidades, como el modelo de Finlandia. 
  • Los interlocutores sociales, el Gobierno y los empresarios deben hablar el mismo idioma y mantener una relación basada en la confianza mutua para afrontar retos como las carencias específicas y responder a las necesidades emergentes.
  • Crear unas condiciones de trabajo que favorezcan un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal es clave para atraer a nuevos trabajadores y retener a los actuales y evitar carencias como las que sufre el sector sanitario.
  • A pesar de la mejora en el número de personas discapacitadas en la mano de obra, sigue habiendo un techo de cristal en lo que respecta a los puestos directivos. Además, hay que evitar un planteamiento único, ya que existen distintos tipos de discapacidades, desde intelectuales hasta físicas y sensoriales. Por lo tanto, las políticas del mercado laboral deben tener en cuenta estos aspectos para mejorar las oportunidades de empleo de las personas discapacitadas y evitar que caigan en la pobreza.
  • Los estudios demuestran que allí donde hay una alta densidad sindical mejoran las condiciones, la retribución y el equilibrio entre vida profesional y vida privada. Debería considerarse seriamente la afiliación sindical obligatoria de los trabajadores con bajos ingresos, que son los más vulnerables a la explotación. Por otra parte, si se permite que florezcan los agentes libres, existe el riesgo de que la negociación colectiva avance hacia su extinción, lo que supondría un duro golpe no solo para los afiliados a los sindicatos, sino también para los no afiliados.
  • La automatización y la inteligencia artificial son avances positivos, pero debe haber salvaguardias para evitar que esta tecnología sustituya a los empresarios. Por lo tanto, es necesario regular la economía de las plataformas.
  • A nivel de la UE es necesario mantener los esfuerzos para mitigar los efectos de la guerra en Ucrania en términos de inflación y crisis energética. Los Planes de Recuperación y Resiliencia también deben desempeñar un papel importante. 
  • Debe evitarse cualquier perturbación de los sistemas educativos, ya que el cierre de escuelas durante la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto negativo, especialmente en términos de bienestar mental. Además, los servicios digitales como el aprendizaje a distancia deben revisarse para garantizar que no crean barreras educativas adicionales.
  • Dado que es probable que la dependencia de extranjeros y nacionales de terceros países continúe o incluso aumente aún más, el riesgo de que estos trabajadores sean tratados como mercancías, de trata de seres humanos y de explotación aumentará aún más. Por consiguiente, la densidad sindical debe aumentar para allanar el camino a la negociación colectiva, que es una herramienta sólida para abordar estas cuestiones. 
  • Los sindicatos deben presionar a los gobiernos para que abandonen las economías basadas en la mano de obra barata, ya que, de lo contrario, nunca habrá un terreno fértil para la mejora de la cualificación de la mano de obra y los empleos con valor añadido. 

Conclusión

El evento de dos días fue una buena oportunidad para debatir una amplia variedad de cuestiones de las que nos ocupamos los miembros de los sindicatos de base. Por desgracia, las quejas por condiciones de trabajo precarias, problemas de salud mental, discriminación y explotación constituyen la mayor parte de los casos que nos llegan. Por eso, como sindicatos debemos atajar de raíz estos problemas, que en la mayoría de los casos son el resultado de políticas débiles y zonas grises jurídicas.