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Respuestas políticas, planes de recuperación y prácticas sindicales innovadoras para abordar los retos sociales y de empleo a los que se enfrenta el mercado laboral

Del 23 al 25 de junio de 2021 tuvo lugar en Sofía, Bulgaria, un seminario sobre «Respuestas políticas, planes de recuperación y prácticas sindicales innovadoras para abordar los retos sociales y de empleo a los que se enfrenta el mercado laboral», organizado por la Confederación de Trabajo PODKREPA, con el apoyo de EZA y de la Unión Europea.

48 representantes de organizaciones de trabajadores de Bulgaria, Alemania, Francia, Rumanía, Polonia y Bélgica participaron en el seminario que se organizó como un seminario híbrido.

El objetivo del seminario

- Proporcionar una oportunidad de intercambio sobre el futuro de las relaciones laborales después de la pandemia y sobre la necesaria mejora de las políticas sindicales en apoyo de los trabajadores.

- Hacer un análisis del estado actual de la participación de los sindicatos en el diseño de los planes nacionales de recuperación y resumir las propuestas para preservar el nivel de ingresos y los puestos de trabajo, para garantizar una protección social adecuada y para garantizar un retorno seguro al lugar de trabajo.

- Llamar la atención sobre la situación y discutir medidas destinadas a proteger mejor a las personas en condiciones de trabajo precarias, a saber, las que se encuentran en formas de trabajo no estándar: plataforma, tiempo parcial, cero horas y trabajadores con bajos salarios.

- Considerar una perspectiva más amplia para la respuesta innovadora de los sindicatos para fortalecer la dimensión social de la UE promoviendo una nueva cultura de responsabilidad, compromiso, respeto y dignidad para valorar a los trabajadores.

- Identificar los principales desafíos con respecto a mejorar el papel de la organización de los trabajadores en la elaboración y aplicación de las políticas.

Descripción del seminario

El evento comenzó con mensajes clave sobre el papel de los sindicatos y los interlocutores sociales para garantizar una recuperación inclusiva que no deje a nadie atrás. 

A esta apertura política siguió un módulo con dos intervenciones de expertos, que introdujo el tema principal de la conferencia, a saber, el Plan de Recuperación y Resiliencia de la UE y la necesidad de introducir una agenda más social y centrada en las personas en todas las políticas posteriores a la pandemia.

Según el programa, el trabajo continuó con:

- Presentaciones más detalladas sobre dos temas específicos: primero sobre el desarrollo actual del diálogo social en Bulgaria y segundo sobre la dimensión de género de la pandemia de COVID-19

- Dos módulos con intervenciones nacionales de las organizaciones participantes en la agenda sindical y aportaciones políticas para lograr una fuerte dimensión social de la recuperación posterior a la pandemia

- Un panel de debate: Desafíos clave y lecciones aprendidas de la crisis para las organizaciones sindicales de base, que prácticamente resumieron el intercambio realizado en el primer día de la conferencia.

Al día siguiente el programa se organizó con dos paneles de intercambio y debates y una sesión de clausura de la forma siguiente:

- Mesa redonda de grupo de expertos: Solidaridad – El instrumento de vinculación a la UE: Primera lección de la crisis; necesitamos más solidaridad dentro de las sociedades y solidaridad entre la sociedad;

- Sesión de brainstorming: Un concepto más amplio de «trabajador»: cómo proteger a los trabajadores fuera del trabajo convencional. (El trabajo de plataforma, temporal y a tiempo parcial);

- Módulo de conclusión: Hora de cambiar: debate estratégico para diseñar las políticas sindicales correctas con los medios adecuados para alcanzar los ambiciosos objetivos de una recuperación justa y sostenible.

- Resumen y conclusión

Ideas principales

Con respecto a reconectar el concepto de democracia y solidaridad con la vida cotidiana y las aspiraciones de los trabajadores, los sindicatos tienen que presionar para que se produzcan cambios radicales en el modelo económico de la UE, pasando de una economía que sirva a los beneficios a una economía social de mercado, que beneficie a las personas, que crean bienestar y mejores oportunidades, igualdad e inclusión para todos.

Para dar forma a la recuperación posterior a la pandemia, los sindicatos deben cambiar sus políticas, centrándose en la entrega de un contenido más concreto y de resultados significativos a las personas, especialmente a los trabajadores jóvenes y a los que están dentro de las nuevas formas de empleo. 

Para ello, los sindicatos deberían ser más activos, más dinámicos y escuchar atentamente a cada uno de sus miembros. Además, deben llevar a cabo propuestas y actividades realistas, que reflejen las preocupaciones de los trabajadores, que van desde aumentar los salarios hasta garantizar el respeto del derecho a la negociación colectiva, hasta una transición climática justa para los trabajadores de las industrias afectadas.

La necesidad de movilización sindical es obvia: los resultados de las negociaciones, los resultados del diálogo social, así como cualquier propuesta y medida legislativa deben ser visibles y estar directamente vinculados a la realidad de los trabajadores, respondiendo a los problemas a los que se enfrentan en el trabajo.

La crisis de COVID-19 ha hecho más visible la importancia del diálogo social, como clave para asegurar un regreso seguro al trabajo. Lógicamente, los planes de recuperación a nivel nacional o cualquier tipo de iniciativa jurídica en materia de empleo se deben consultar y poner en práctica con los interlocutores sociales. Cualquier recuperación fracasará sin tener una cultura de diálogo, sin políticas activas que ofrezcan a las personas, sin tener una dimensión social.

En ese sentido, las prioridades de los sindicatos deberían centrarse en dos dinámicas: la recuperación de la pandemia y dar un paso adelante en la economía verde y ecológica, dando forma a la inmensa transformación de la estructura del empleo que ya está en marcha. En este sentido, son necesarias las propuestas sindicales de un marco estratégico para las nuevas formas de trabajo y para la salud y la seguridad en el trabajo.

Los estudios de sindicatos están registrando un aumento sin precedentes de la desigualdad y la precariedad en el trabajo. A este respecto:

- Los gobiernos nacionales deben seguir apoyando las medidas de retención del empleo (subsidios salariales) y las medidas para ayudar a las empresas a sobrevivir a la crisis (aplazamiento de las cotizaciones a la seguridad social y a las pensiones, moratoria del pago de la deuda).

- Se deberían adoptar respuestas adaptadas para sectores específicos que se vieron afectados de manera diferente por la pandemia (turismo, alojamiento y servicios alimentarios; venta al por menor) y para categorías específicas de trabajadores cuyas condiciones de trabajo empeoraron durante la pandemia (trabajadores de la economía informal, trabajadores ocasionales).

- Existe una necesidad de acelerar el progreso en la construcción de sistemas universales de protección social, incluyendo los pisos de protección social. Las políticas de protección social no se pueden disociar de las nuevas formas de empleo y se deben integrar en un nuevo mecanismo de protección social.

- Tener políticas sindicales innovadoras significa avanzar hacia una cultura organizativa, especialmente dirigida a los trabajadores no organizados, a los trabajadores jóvenes, digitales y precarios. Además, esto implica iniciar la transformación digital de los sindicatos, proporcionando un nuevo tipo de servicios en línea y utilizando activamente las modernas herramientas de comunicación para la conexión regular y directa con los miembros.

Conclusiones y recomendaciones

El futuro de la UE depende de nuestra capacidad como actores sociales de comprometernos con una renovación radical e intensificar nuestros esfuerzos para aplicar políticas de ayuda a la gente común. La misión de los sindicatos es avanzar en este camino, hacia un nuevo pacto de desarrollo, en una visión de progreso social.

La pandemia nos obligó a ver nuestro sistema democrático en la UE con ojos diferentes. La división entre la UE y sus ciudadanos es obvia después de una década de desmantelamiento de los sistemas de apoyo al empleo y de asistencia sanitaria, de descentralización de la negociación salarial y reducción del gasto público por necesidad social. La confianza en la UE y sus valores fundamentales se debe restablecer con urgencia y la movilización plena de los sindicatos y la sociedad civil es la herramienta para hacer del Plan Europeo de Recuperación y Resiliencia un punto de inflexión hacia políticas justas y orientadas hacia la persona. 

Para participar activamente en una recuperación justa y sostenible, es extremadamente importante que los sindicatos tengan éxito:

- Dominando los retos del teletrabajo, trabajo de plataforma y de las diversas formas de empleo a corto plazo

- Apoyando un plan de acción para la «plena aplicación» del Pilar Europeo de Derechos Sociales

- Implementando un marco estratégico para la salud y la seguridad en el trabajo

- Logrando combatir la violencia contra la mujer y la discriminación en el lugar de trabajo

- Haciendo frente a los desafíos del cambio climático y la digitalización

- Innovando la estrategia de negociación colectiva y promoviendo el fomento de las capacidades en el lugar de trabajo y a nivel sectorial

- Reformando el sistema de protección social para cubrir los diversos riesgos sociales

- Siendo mucho más profesional en la presentación pública de sus políticas y posiciones

- Iniciando una transformación digital de las actividades sindicales.

La crisis de COVID-19 ha puesto de manifiesto la inestabilidad del sistema democrático de la UE y ha incrementado la división entre instituciones y ciudadanos. Por esta razón, cada vez más ciudadanos, incluida la mayoría de los trabajadores, expresan desconfianza en la democracia. Este es nuestro papel, porque los sindicatos saben muy bien cómo lograr soluciones aceptables basadas en el diálogo, la negociación y la consulta. Ahora es el momento de asumir nuestra responsabilidad como sindicalistas, de asumir nuestro papel en el lugar de trabajo y a nivel sectorial, así como en la sociedad como enlaces de confianza, para permitir la construcción de una sociedad más justa, que hará de la salud su prioridad: la salud en el trabajo, la salud en la vida, la salud de nuestras democracias. Esta es nuestra oportunidad única para que los sindicatos se conviertan en participantes activos, ofreciendo políticas innovadoras que mejoran de manera realista la situación de los trabajadores. Políticas transparentes, sociales y justas para todos, porque la mayoría de los problemas, a los que nos enfrentamos ahora mismo están provocados por el hecho de que hemos puesto el consumo y los beneficios por delante del ser humano y su vida espiritual. Ciertamente, la jerarquía natural es opuesta; por lo tanto se debe restaurar la jerarquía natural. Esto solo puede suceder cuando ponemos a la persona en el centro de la perspectiva general. De hecho, esa pandemia nos obligó a asumir nuestra responsabilidad como sindicalistas. En ese sentido, la solidaridad exige responsabilidad compartida, disposición a la reforma y compromiso para que cada persona en Europa pueda disfrutar plenamente de los derechos fundamentales, sociales y laborales, sin discriminación por motivos de género, edad, origen étnico y migratorio, religión, creencias u orientación política.

Hacer de la recuperación europea una historia de éxito con y para todos los ciudadanos requerirá una alianza de base amplia que incluya a la sociedad civil, la economía, la ciencia y los sindicatos. La UE necesita que personas procedentes de todos los ámbitos de la vida estén representadas en las mesas de negociación. Los sindicatos son una parte genuina de la respuesta política necesaria, enriqueciendo la solidaridad y dimensión social y contribuyendo a la sostenibilidad de su aplicación.