El 16 de diciembre de 2021 se celebró en Milán un seminario sobre «La inteligencia artificial y el futuro del trabajo», organizado por la FLC (Fondazione Luigi Clerici), con el apoyo de EZA y la Unión Europea.
En la inauguración, Paolo Cesana, director de la Fondazione Luigi Clerici, explicó el tema del seminario y las expectativas y objetivos fijados.
En su discurso de bienvenida, el copresidente de EZA, Piergiorgio Sciacqua, estableció una relación entre la inteligencia artificial y el desempleo. En particular, señaló el impacto de la pandemia en el grupo de jóvenes trabajadores y mujeres, que son los más afectados por este fenómeno.
La ponente conectada, Dott.ssa Marziali, asistió al acto en lugar de la ministra regional Rizzoli. Explicó los esfuerzos realizados por la Región de Lombardía para una política activa del mercado de trabajo ante un mercado laboral en continua evolución. La formación es de suma importancia para preparar a los jóvenes y a los adultos de forma adecuada para las profesiones que se demandan en el mercado laboral.
Massimiliano Sabbadini, presidente de la Fondazione Clerici, explicó a los participantes los puntos de contacto temáticos de la Iglesia con la inteligencia artificial. El Papa Francisco acuñó el término «algoritmos» en 2020. El objetivo es examinar los problemas éticos que surgen en relación con el uso de la inteligencia artificial y, en particular, de las herramientas basadas en algoritmos. La responsabilidad del individuo en la planificación y elaboración de instrumentos que hacen uso de la inteligencia artificial es importante porque es esencial anticiparse a los errores que podría causar la inteligencia artificial. Sabbadini desarrolló el concepto del carácter democrático de la inteligencia artificial, señalando que el conocimiento de esta tecnología estaba en manos de unos pocos, lo que conducía a la desigualdad social. Solo una educación orientada también a enseñar el uso de la inteligencia artificial, entre otras cosas, puede conseguir que la tecnología no conduzca a la exclusión, sino que cree comunidad para que crezca una gran familia global. Sabbadini volvió a referirse al Papa, que deseaba un equilibrio entre el hombre y la tecnología en el sentido de que la inteligencia artificial estuviera al servicio del hombre y fuera un medio y no un fin en sí mismo.
Alfonso Fuggetta, director científico de la Sociedad Cefriel, comenzó recordando el nacimiento de la inteligencia artificial a partir de la informática. A diferencia del pasado, las tecnologías son mucho más avanzadas y permiten un desarrollo más pragmático y una aplicación práctica en la forma en que se pueden generar algoritmos para entender el futuro analizando el pasado. Hay que abandonar una visión pesimista que no tiene en cuenta las posibilidades de las tecnologías de control. Detrás de cada tecnología hay un ser humano que ha tomado decisiones, por lo que nada sucede de forma automática. Cuanto más complejas se vuelven las tecnologías, mayor es el compromiso que se requiere del individuo para gestionar y controlar la tecnología que se está imponiendo cada vez más en el mundo del trabajo. Afirmó que la formación profesional continua de los trabajadores tiene una importancia fundamental, ya que debe intentar desarrollar habilidades que puedan competir en el mundo global. Hay que reforzar las competencias de las personas que formarán la sociedad futura.
Amarildo Arzuffi, responsable de Formación Continua de Fondimpresa, explicó que el requisito previo para la inteligencia artificial es un proceso subyacente de toma de decisiones críticas que permita analizar sus aplicaciones. Esto se hace con la ayuda de algoritmos y estos han sido desarrollados por humanos en cualquier caso. Analizó la situación en Italia en cuanto al desarrollo de infraestructuras para la gestión de dichas tecnologías. También abordó el aprendizaje a distancia y su importancia para la educación y la formación en la escuela y en el lugar de trabajo. En el Sur, la situación es más crítica en cuanto a la disponibilidad de estos fondos.
Dottoressa Luisa Treccani, del sindicato CISL, subrayó en su intervención la importancia de que los trabajadores participen en la empresa. La innovación tecnológica requiere un cambio organizativo. En consecuencia, debe producirse un cambio en la conciencia de los empresarios, que deben tener en cuenta que las modalidades de trabajo ya no son las mismas que antes. Las nuevas tecnologías reorganizan el trabajo y, en este sentido, también permiten conservar los puestos de trabajo. Es imprescindible que las empresas inviertan en la formación continua de sus trabajadores. Esto proporciona protección mediante el desarrollo de competencias.
Giulia Valente, que asistió al acto en lugar de Paolo Guazzotti, subrayó que las empresas deben adoptar la tecnología aprovechando el talento de las personas y creando un entorno propicio en el que las personas sean lo más importante de la empresa. Señaló que existe una dicotomía entre los formadores y los trabajadores y que a menudo es difícil aprovechar las sinergias. Desearía un método de trabajo que se centrara más en el intercambio entre las dos partes, especialmente también en lo que respecta a la introducción de tecnologías en los procesos de trabajo en las empresas.
Alexa Joyce, directora de Transformación Digital de Microsoft, habló sobre el tema de la transformación digital de las empresas en la era pos-Covid. Las inversiones realizadas por las empresas multinacionales han provocado una aceleración, por lo que es fundamental la formación de todos los que trabajan en las empresas y en las escuelas.
En su discurso de clausura, Paolo Cesana subrayó la importancia fundamental de la cooperación entre sindicatos, empresarios e instituciones públicas en esta materia. Afirmó que el desarrollo de las competencias lógico-informáticas es muy importante para garantizar que los jóvenes trabajadores estén suficientemente equipados para afrontar los retos de un mercado laboral cada vez más digital y para ser competitivos en un mundo laboral cada vez más complejo.