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El trabajo digital, ¿un trabajo digno? Los retos de la digitalización de la economía para las organizaciones de trabajadores

El seminario internacional “El trabajo digital, ¿un trabajo digno? Los retos de la digitalización de la economía para las organizaciones de trabajadores” se celebró entre el 10 y el 13 de marzo de 2022, en Sintra, Portugal. Este evento estuvo organizado por CFTL (Centro de Formação e Tempos Livres) en cooperación con BASE-Frente Unitária de Trabalhadores (BASE-FUT), con el apoyo de EZA y la fundación de la Unión Europea.

Al seminario asistieron 55 representantes de organizaciones de trabajadores de Francia, Alemania, Italia, España y Portugal.

Sesión de apertura

Paulo Caetano, presidente de CFTL, y Luc van den Brande, presidente de EZA, estuvieron presentes en la sesión de apertura. Paulo Caetano dio la bienvenida a los participantes, recordando la centralidad que tiene el concepto de trabajo digno en el contexto de las transformaciones tecnológicas. Luc van den Brande resumió los cambios laborales acontecidos tras los procesos de digitalización, resaltando la máxima relevancia del diálogo social como forma de orientar esos procesos hacia formas que salvaguarden y promuevan la dignidad y la calidad de vida de los trabajadores. También animó a las organizaciones de trabajadores en la red de EZA a supervisar este fenómeno y a permanecer alerta a sus consecuencias. Ambos ponentes dieron su opinión al condenar vehementemente la invasión de Rusia a Ucrania, en nombre de todos los participantes. 

Panel 1

El panel se titulaba ¿De qué hablamos cuando hablamos de trabajo digital? Contó con la presencia de Tiago Santos Pereira investigador senior de CoLABOR - Laboratorio Colaborativo para el Trabajo, el Empleo y la Protección Social.

Tiago Santos Pereira comentó que la digitalización lleva a la transformación del empleo y no a su reducción. Además, advirtió de los riesgos de la atomización de trabajadores y del refuerzo de la dualidad del mercado laboral entre trabajos de tecnología sostenible y trabajos de tecnología no sostenible. Subrayó que los procesos de digitalización, aunque cambian las formas de organizar el trabajo, no tienen resultados inevitables y deben estar abiertos a la negociación y la crítica.

Panel 2

El Panel 2 estuvo dedicado al tema "Economía digital: nuevos costes sociales y medioambientales". Continuó con la presencia de Francisco Ferreira, de ZERO – Asociación para un Sistema de Planeta Sostenible, Joseph Touvenel, Secretario de la Confederación CFTC – Confederación francesa de Trabajadores Cristianos y Rafaela Aleixo, Miembro de la Huelga Climática Estudiantil y Movimiento Antiminas, en Beira Interior.

Francisco Ferreira hizo hincapié en el problema del aumento de consumo de recursos que es inherente a la digitalización – en particular en la energía y minerales raros. En cuanto a la energía, llamó a la atención sobre la importancia de las políticas fiscales para fomentar el uso de las fuentes de energía renovables y la diferenciación entre sectores de actividad. En lo que se refiere a minerales raros, discutió la importancia del reciclaje y la cuestión de la explotación minera, mencionando la necesidad de que ésta sea muy limitada, con participación y una fuerte legislación, que asegure que haya compensaciones para superar los impactos resultantes del agotamiento de los filones y de la obsolescencia de las tecnologías.

Por su parte, Joseph Thouvenel destacó en su intervención el tema de la vulnerabilidad económica y geopolítica inherente al crecimiento del consumo de la energía, así como a la evolución de la tecnología – la electrónica en particular.

Finalmente, Rafaela Aleixo comenzó con una crítica a la economía basada en el consumismo y a la suposición de un crecimiento infinito para abordar las consecuencias de la extracción de litio en Portugal. Dio cuenta de las iniciativas de las organizaciones locales para impugnar la minería, sus métodos y formas de movilización de las poblaciones locales que utilizan, así como de sus resultados.

Visita de estudio

Como parte del seminario, los participantes tuvieron la oportunidad de visitar la empresa tecnológica BI4ALL - Data Analytics, situada en Lisboa. La visita guiada incluía visitas a las zonas de trabajo y ocio que la empresa construyó para sus trabajadores, para terminar con una sesión de preguntas a los directivos de la empresa. La ausencia de ningún tipo de organización de trabajadores y la falta de presencia sindical en la empresa fueron unos de los temas más candentes del debate durante la visita.

Panel 3

El panel 3 estuvo dedicado al tema "Trabajo decente en la economía digital: amenazas y oportunidades", y tuvo como ponentes a: Nuno Boavida, investigador en CICS.Nova – Centro interdisciplinario de Ciencias Sociales de la Universidad Nueva de Lisboa; - Técnico de la Secretaría de igualdad de USO - Unión Sindical Obrera, España; Rui Afeiteira, Director de Conocimiento e Innovación de BI4ALL; y Marco Boleo, miembro del Consejo Ejecutivo de MCL – Movimiento de Trabajadores Cristianos de Italia.

Nuno Boavida presentó un punto de vista diferente sobre las cuestiones de la digitalización, en particular la forma en que el predominio de los salarios bajos y la falta de cualificación de las empresas –problemas vitales en Portugal- acaban por desincentivar la adopción de medios tecnológicos avanzados, con graves consecuencias a nivel de productividad. También alertó sobre las dificultades de los interlocutores sociales para gestionar algunos sectores emergentes.

Paula Tejero alertó sobre el tema de la desigualdad en la distribución del tiempo de trabajo – resultando en la coexistencia de trabajadores sobrecargados con otros sin trabajo. Subrayó que, a pesar de que las transformaciones tecnológicas serán inevitables, deberá existir distintas formas de regulación. Dependiendo de estas formas, podemos ver tanto un aumento en la explotación y desigualdades – incluyendo desigualdades de género - o a la inversión de las ventajas para los trabajadores -como la reducción del tiempo de trabajo y de las penurias y el aumento de los salarios.

Finalmente, Marco Boleo advirtió sobre el riesgo del aumento de las desigualdades, resultado de la desproporcionada recompensa de las competencias evaluadas especialmente por el mercado laboral y la penalización de los que no lo son. En este sentido argumentó que la negociación colectiva sigue siendo una herramienta fundamental para regular la economía.

Mesa redonda

La mesa redonda final del seminario estuvo dedicada al tema “Trabajo Digital: Nuevas formas de organizaciones de trabajadores para responder a nuevas formas de organización de trabajadores." A ella asistieron: Diane Seurrat, Vicepresidenta de la CFTC (Paris) Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos, Wolfgang Herrmann, de la Pastoral de Trabajadores Católicos de la Diócesis de Rottenburg-Stuttgart; María del Carmen Quintanilla, Presidenta de AFAMMER – Asociación de familias y Mujeres en áreas Rurales; Orlando Coutinho, Tesorero de FIDESTRA; y Alessandro Mini, Vicerrector de Relaciones Internacionales - Abat Oliba de la Universidad CEU de Barcelona.

La mesa redonda se centró en discutir experiencias para organizar y representar grupos de trabajadores que son especialmente vulnerables a las consecuencias más negativas de los procesos dobles de la globalización y digitalización – incluidos los trabajadores de plataformas y los trabajadores rurales inmigrantes.

Ideas Claves

El trabajo digital se basa en la idea de redes de trabajo y de información siempre disponible y actualizada a través de dispositivos tecnológicos conectados entre sí. Las múltiples formas de digitalización del trabajo y sus distintos impactos en varios sectores de la actividad económica a nivel local, nacional y global han ocupado varios foros de reflexión. De hecho, la economía digital presenta un conjunto de retos para los trabajadores y sus organizaciones: nuevas formas de precariedad provocada por la economía de plataforma, destrucción de trabajos potenciales relacionados con la automatización y robotización, la atomización de los trabajadores, la disolución de los límites entre el trabajo y la vida familiar, el aumento del control y la vigilancia en el trabajo y los riesgos de la intimidad de los trabajadores, costes medioambientales de los recursos y energía necesaria para la producción y funcionamiento de equipos digitales. 

Este contexto refuerza la necesidad de los trabajadores y sus organizaciones de tener mayor y mejor información acerca de la realidad de la digitalización y sus impactos en los trabajadores. Sólo así podrán diseñar estrategias efectivas para minimizar los riesgos que surgen de estas transformaciones, así como movilizar a los trabajadores para conseguir un trabajo decente.  

La digitalización ha llegado en un momento en el que nos enfrentamos a varias crisis de forma simultanea: tendencias largas como la crisis demográfica, la crisis climática, y la crisis de la biodiversidad, pero también impactos repentinos como la pandemia del Covid-19 y la guerra de Ucrania. En común, los problemas asociados con el modelo económico de crecimiento permanente (infinito) que agota los recursos, destruye ecosistemas y amenaza la biodiversidad y la vida en la Tierra, afectando de forma desigual a la población más vulnerable expuesta a riesgos económicos y medioambientales. Los últimos compromisos en materia de emisiones siguen siendo insuficientes para la necesidad de prevenir un efecto invernadero descontrolado. La guerra de Ucrania ha expuesto a Europa a una dependencia de materias primas tales como el petróleo ruso y el gas natural. E incluso las energías renovables no están exentas de costes e impactos en el paisaje, el uso de materiales y la vida del ecosistema.

Entre los costes ocultos de la economía digital y la llamada “transición verde” se encuentra un alto consumo energético, y el aumento de la extracción de minerales como el cobalto y el litio, ambos fundamentales para la construcción y funcionamiento de los equipos electrónicos. Estos costes se exportan a la periferia como explotación de territorios y comunidades. Entre los costes de la minería está la contaminación del suelo, destrucción del paisaje y hábitats naturales, uso excesivo del agua y las consecuencias sociales derivadas del carácter temporal de la actividad de extracción. A todo esto, se le suma el problema de la obsolescencia programada, que supone un serio impedimento para la verdadera economía circular.

Las organizaciones de trabajadores y, en particular, los sindicatos desempeñan un papel fundamental en dar voz a las demandas de los trabajadores y en exigir una mayor regulación legal de las nuevas formas de trabajo. Al mismo tiempo, tienen que adaptar sus métodos de acción y comunicación para alcanzar a los segmentos más vulnerables de los perversos efectos de la digitalización. Este es el caso de los trabajadores de plataformas – la mayoría, inmigrantes – cuya falsa condición de trabajadores autónomos los atomiza y los sitúa al margen de las leyes laborales y seguridad social. Movilizar a estos trabajadores requiere de soluciones organizativas innovadoras, ya que la falta de un lugar de trabajo físico y las barreras del idioma les hace mucho más difícil crear redes solidarias entre los trabajadores y la unión de las organizaciones de trabajadores.

Una herramienta importante consiste en ejercer presión sobre las decisiones de consumo. Es importante usar todos los medios disponibles para llamar la atención de los consumidores hacia las formas de explotación sufridas por aquellos que les proporcionan los servicios – sea presencial, en puestos de trabajo y ambientes de consumidores, o a distancia, a través de campañas en redes de trabajo. 

En este contexto, no podemos olvidarnos de las desigualdades de género que la digitalización algunas veces exacerba. Es esencial usar dichas herramientas como planes de igualdad que aseguren que tanto mujeres como hombres estén protegidos, y que conozcan y ejerzan sus derechos.

La transformación tecnológica no es nada nuevo. La Revolución Industrial ya había traído nuevas formas de trabajo y nuevas formas de socialización. La actual digitalización de la economía ha traído una aceleración del peso de las tecnologías a nuestras vidas y trabajos. Las tecnologías no son y nunca han sido neutras, y deben seguir siendo una herramienta. Una herramienta facilita nuestras vidas, al permitir el acceso al conocimiento, a la información y a reducir las desigualdades.

El futuro no está escrito y está en nuestras manos hacer de la digitalización de la economía una oportunidad para mejorar las condiciones laborales. Los trabajadores y sus organizaciones desempeñan un papel clave en la construcción de una sociedad de libertad e igualdad, en un entorno preservado y sostenible.