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La COVID-19 y el retorno al trabajo: adaptar, proteger y reanudar

Los días 11 y 12 de junio de 2021 se celebró en Roma un seminario internacional de estudio sobre «La COVID-19 y el retorno al trabajo: adaptar, proteger y reanudar». El seminario fue organizado por MCL / EFAL (Movimento Cristiano Lavoratori / Ente Nazionale per la Formazione e l'Addestramento dei Lavoratori), con el apoyo de EZA y la Unión Europea. Al seminario, organizado de forma híbrida, asistieron 61 representantes de organizaciones de trabajadores de Francia, Italia, España, Portugal, Croacia, Grecia y Bulgaria.

Tras la bienvenida a los participantes, la reunión fue inaugurada por el presidente general de MCL, Antonio Di Matteo, quien presentó el tema del seminario y las dos jornadas.

El primer ponente fue el profesor Francesco Seghezzi, que habló sobre el impacto de la COVID-19 en el mundo laboral y los daños asociados a la economía. Las medidas de confinamiento para limitar el contacto físico se desarrollaron para detener la pandemia y han provocado una pérdida de empleos sin precedentes en todo el mundo. El ponente subrayó que todo esto tenía implicaciones evidentes: según Eurofound, solo en abril de 2020 el 5 % de los trabajadores europeos perdió su empleo, mientras que el 23 % dejó de trabajar temporalmente. Especialmente los menores de 35 años son los más afectados por la crisis, perdiendo sus empleos o registrando un paro laboral.

A continuación, escuchamos un informe sobre la comparación de dos países fuertemente afectados por la COVID-19: Francia con la intervención de Joseph Thouvenel, vicepresidente de la CFTC, y Portugal con la intervención de la vicepresidenta de EZA, Maria Reina Martin. Esta comparación puso de manifiesto el impacto de la pandemia en las mujeres y los jóvenes. Las mujeres son sin duda las más afectadas por la crisis socioeconómica provocada por la epidemia de COVID-19. El cierre de escuelas y la expansión del trabajo inteligente, así como una regulación aún poco clara para proteger a los trabajadores, no han hecho más que agravar una situación ya precaria.

Paolo Cesana, director de la Fundación Luigi Clerici, habló del papel de la educación y la formación profesional y de la transformación mediante la creciente digitalización. Alfonso Luzzi, miembro de la junta directiva de CNEL (Consiglio Nazionale dell'Economia e del Lavoro) y vicepresidente nacional de MCL, habló del impacto de la pandemia sobre los trabajadores y las grandes estructuras organizativas en Italia. Según los últimos datos publicados por el Istat, el sector de los servicios es el menos afectado por la caída del empleo en 2020, mostrando un descenso medio anual del 2,7 % respecto a 2019, un sector que no parece haber sufrido el impacto negativo de COVID-19. El sector registró un crecimiento medio anual del empleo del 1,39 % entre 2019 y 2020. Desde esta perspectiva, el descenso medio anual entre 2020 y 2019 alcanzó el 1,95 % en todos los sectores de la economía, lo que equivale a unos 456.000 trabajadores.

Carmen Quintanilla, presidenta de Afammer (Asociación de familias y mujeres del medio rural), describió la situación española y explicó el impacto de la COVID-19 en las mujeres. Tras la pausa para el almuerzo, tuvo lugar la última sesión con la mesa redonda presidida por el presidente de EFAL, Sergio Silvani, sobre «La crisis del empleo en época de pandemias: reinicio con seguridad y la confrontación entre los interlocutores sociales». Los participantes fueron Vanja Gavran de Croacia, Veselin Mitov de Bulgaria, Ignacio Argote de España y Vincenzo Conso de Italia.

CONCLUSIONES FINALES

Las presentaciones y los debates posteriores del seminario pusieron de manifiesto que las principales víctimas de la crisis económica y social provocada por la pandemia de COVID-19 son los trabajadores de Europa, especialmente las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de determinados sectores. Las organizaciones de trabajadores, cuya voz no siempre fue suficientemente escuchada al principio de la crisis en algunos países europeos en el contexto de las medidas de emergencia adoptadas por los gobiernos, deben por tanto –según una de las conclusiones del seminario– insistir en que ahora se impliquen de forma significativa en la aplicación de los planes de reconstrucción, y deben hacer que el diálogo social, que ha sufrido durante la crisis por la necesidad de distanciamiento físico, vuelva a ser una herramienta eficaz para configurar unas buenas relaciones laborales.

Como señaló Piergiorgio Sciacqua, copresidente de EZA, en su discurso de clausura, la conexión entre un buen diálogo social y unas buenas condiciones de trabajo ya se había demostrado en estudios anteriores y se ha vuelto a manifestar en la crisis de COVID-19. La contribución de un diálogo social bueno y de confianza a nivel intersectorial y sectorial fue también insustituible para el desarrollo de capacidades y el fortalecimiento de los interlocutores sociales, la negociación colectiva, el cambio de empleo y los desafíos relacionados con el trabajo, especialmente después de la crisis de COVID.

Los representantes de los trabajadores presentes en el seminario señalaron en los debates que la tarea que tienen por delante en un futuro próximo es triple. Además de superar los efectos de la pandemia del COVID-19, también se trata de abordar los desafíos laborales, sociales y económicos identificados en el Pilar Europeo de Derechos Sociales y en otros documentos clave de la Comisión Europea, como el Acuerdo Verde Europeo y el Mecanismo de Transición Justa.