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Cuando el trabajo no da portazo a la pobreza: el papel de las organizaciones de trabajadore

Del 9 al 11 de octubre de 2020 se celebró en Atenas (Grecia) un seminario sobre el tema «Cuando el trabajo no da portazo a la pobreza: el papel de las organizaciones de trabajadore», organizado por FIDESTRA (Associação para a Formação, Investigação e Desenvolvimento Social dos Trabalhadores), en colaboración con IPCM (Plataforma Internacional de Cooperación y Migración) y con el apoyo de EZA y de la Unión Europea. El seminario se celebró como seminario híbrido debido a la pandemia de coronavirus, con participantes presenciales y participantes que pudieron participar por vídeo.

Asistieron al seminario 56 representantes de organizaciones de trabajadores de Grecia, Portugal, España, Francia, Italia, Chipre, Bulgaria, Rumanía y Alemania.

Los siguientes ponentes dieron la bienvenida: Fernando Moura e Silva, presidente de FIDESTRA – Portugal, Nikolaos Kioutsoukis, presidente de DAKE – Grecia, Piergiorgio Sciacqua, copresidente del EZA y 1º vicepresidente de PICM (MCL/EFAL) – Italia, Panagiotis Mitarakis, ministro de Inmigración y Asilo.

Fernando Moura e Silva se refirió a temas que se abordaron durante todo el seminario, como la pobreza, la exclusión social, la desigualdad social en la UE, las políticas sociales de los diferentes países de la UE, los factores del trabajo digno como oportunidades de trabajo productivo con remuneración justa, seguridad en el trabajo y protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, organización y participación en las decisiones que afectan a sus propias vidas, igualdad de oportunidades. Se refirió a la OIT, cuyo principal objetivo es ofrecer a las mujeres y a los hombres la posibilidad de acceder al trabajo digno y productivo en condiciones de libertad, justicia y dignidad.

Nikolaos Kioutsoukis habló de las restricciones sociales y laborales derivadas de los flujos migratorios en los países de acogida. Pidió solidaridad dentro de la UE y directivas para resolver el problema de la migración, especialmente la ilegal. Los países europeos deberían aplicar políticas de acogida e integración. La integración se debe basar en la solidaridad entre los nacionales y los extranjeros, con igualdad de acceso a los servicios de apoyo social, igualdad de oportunidades de acceso a la salud, la educación y una vivienda adecuada. La crisis migratoria es un problema europeo y un desafío para todos.

El ministro Panagiotis Mitarakis pidió que en asuntos de migración participaran responsables de la toma de decisiones, trabajadores y sindicatos. Es necesario respeto por la gente para encontrar soluciones posibles y positivas. Es necesario apoyo para infraestructuras, como escuelas y otros centros educativos, así como para integrar a los migrantes y mejorar todas las condiciones en las que son bienvenidos en nuestros países.

Se realizaron las siguientes unidades de programa:

Mesa redonda sobre el tema «Impacto de esta movilidad/migración económica forzada en el mercado laboral en los países de origen y acogida», con Rainer Rissmayer (Alemania), Stelios Christodoulou (Chipre) y Américo Monteiro (Portugal)

Orlando Coutinho (Portugal) sobre el tema «Trabajo decente, el instrumento para erradicar la pobreza y promover el diálogo social europeo»

Rafael Rodríguez-Ponga (España), sobre el tema «Las razones estructurales que originan los flujos migratorios. Qué se puede hacer para evitar la profundización de la exclusión social y laboral»

Mesa redonda sobre «Directrices de integración laboral, una herramienta para cerrar la puerta a la pobreza» con Paolo Cesana (Italia), Christina Hermann (Alemania), Silviu Ispas (Rumanía), Eduardo Pérez (España), Panagiotis Kordatos (Grecia)

Información sobre el tema «En tiempos de pandemia: el papel de los sindicatos en la lucha contra la pobreza, el trabajo y la exclusión social», de Joseph Thouvenel (Francia), Veselin Mitov (Bulgaria), Bogdan Hossu (Rumanía)

Carmen Quintanilla (España) sobre el tema «Mujeres rurales en esta crisis»

Clausura del seminario / Conclusiones / Líneas de acción: María Reina Martin

Este seminario dio lugar a una idea principal que guió las contribuciones de las organizaciones participantes y puso de manifiesto el compromiso de todos con la construcción de una Europa con una verdadera dimensión social, una Europa en la que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y obligaciones.

Para lograr esta «nueva Europa» es importante trabajar en la realidad laboral, apoyada por los movimientos migratorios comunitarios y extracomunitarios (terceros países). 

En estos dos días de trabajo e intercambio de ideas, en los países «exportadores de trabajo», comúnmente conocidos como países de salida, se identificaron las razones estructurales que provocan este flujo migratorio.

Se señalaron las limitaciones y los problemas que plantea esta corriente migratoria en los países de acogida.

Sin embargo, fue aún más importante y relevante que se sensibilizara sobre las consecuencias de esta movilidad/migración económica en el mercado laboral, los países de salida y los países de acogida. Existe conciencia de que esta tarea es colectiva, de que no hay países «libres» de este fenómeno, porque la situación geográfica que nos influye en el problema no forma parte de la solución. Se trata del hecho de que todos somos Europa.

Además, como vieron los participantes en este seminario, el papel de las organizaciones de trabajadores en este asunto no es insignificante. Por el contrario, son responsables de ser la voz de estos trabajadores en los órganos políticos de nuestros respectivos países. 

Aquí en Atenas, cuna de la democracia, los representantes de los trabajadores de Loco experimentaron la realidad de un país que, como país fronterizo, sufre las primeras consecuencias de estos flujos migratorios, y se dieron cuenta aún más de que el problema no es solo el de Grecia, sino el de toda Europa. Y si el problema es para todos, entonces también debe ser la solución para todos. 

Los movimientos migratorios, ya sean comunitarios o extracomunitarios, son una realidad y no deben seguir creando situaciones de desequilibrio en Europa por su forma, intensidad y causas.

Los participantes fueron conscientes de que este tema podría dividir la cohesión europea y, por lo tanto, aún más conscientes de que pueden y deben contribuir a una Europa cohesionada, justa y unida. Esa es la fuerza de Europa. Este es el compromiso que hemos asumido.

Es un compromiso que trata de conectarse, intercambiar situaciones, ayudar a los que llegan, integrarlos en los mercados laborales y las sociedades, sin perder nuestra identidad europea.

Las organizaciones de trabajadores deberían vigilar los desequilibrios demográficos, la falta de mano de obra cualificada, las situaciones de conflicto social, el dumping social, el trabajo precario, las redes ilegales, la explotación laboral y el trabajo indigno.

Por lo tanto, se reiteró la idea de que el diálogo social es un instrumento indispensable para promover medidas concretas de política laboral que permitan reducir la brecha entre el nivel de empleo, la protección social y el trabajo digno, en definitiva, la convergencia entre los dos grupos de población (nacionales y extranjeros).