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La salud y seguridad en el trabajo: ¿cómo se puede reducir la incidencia de enfermedades laborales a través de la información y la prevención?

Entre el 22 y el 24 de enero de 2021 se celebró en Roma (Italia) un seminario sobre el tema «La salud y seguridad en el trabajo: ¿cómo se puede reducir la incidencia de enfermedades laborales a través de la información y la prevención?», organizado por ICRA Europa (Asociación Rural Católica Internacional Europea), con el apoyo de EZA y la Unión Europea.

Los trabajos del seminario han puesto de manifiesto cómo el proceso de desarrollo que caracteriza a la economía de los distintos países conlleva, por lo general, una disminución progresiva del peso de la agricultura en el producto interior bruto (PIB) de cada país y una contención del porcentaje de empleados en este sector, en comparación con el número total de empleados.

Sin embargo, es un sector estratégico para la economía de cualquier país y esta especificidad requiere atención para lograr la seguridad alimentaria de la población. Además, la agricultura no solo produce bienes primarios para la alimentación, sino que extiende su ámbito de actuación a la producción de bienes públicos, bienes de carácter colectivo, como el paisaje, la biodiversidad, etc.

Por lo tanto, la tierra en la que se desarrolla la actividad productiva no debe ser considerada como un territorio a explotar indistintamente, sino como un lugar en el que el desarrollo sostenible, el respeto por la naturaleza y el medio ambiente se deben aplicar de acuerdo con las indicaciones dadas por el Papa Francisco en la encíclica «Laudato sì».

El empleo total en Europa en el sector agrícola incluye 8 347 000 trabajadores de entre 15 y 64 años, de los cuales el 32 % son mujeres. El empleo remunerado lo realizan en parte trabajadores extranjeros, que en su mayoría están empleados en trabajos estacionales y poco cualificados, y que además suelen estar en una situación precaria en cuanto al aspecto contractual. En los países europeos, cerca de un millón de trabajadores extranjeros están empleados en la agricultura, la mayoría con salarios bajos. Este gran número de extranjeros, sobre todo de Rumanía, Bulgaria y Polonia, demuestra que la agricultura europea depende de este tipo de trabajadores temporeros que, desgraciadamente, no siempre pueden contar con derechos legítimos, a pesar de que, según la legislación europea, deben ser tratados con la misma dignidad y derechos que los demás.

Del análisis de las distintas situaciones se desprende que la agricultura es un sector que proporciona empleo a los más vulnerables y frágiles de la sociedad. La oferta de trabajo se dirige también a las personas mayores y a las que están dispuestas a realizar un doble trabajo.

La referencia al mercado laboral agrícola nos muestra una realidad segmentada. De hecho, además de los asalariados, existen también, y de forma predominante, los autónomos (agricultores directos) y, de nuevo, los que hacen de la agricultura un sector refugio. Hasta hace unas décadas, la agricultura era mayoritariamente una prerrogativa de personas con poca formación.

Sin embargo, en los últimos tiempos esta realidad ha cambiado con la entrada de trabajadores con títulos educativos, diplomas e incluso grados universitarios. Además, se ha producido una cierta afluencia de jóvenes al sector, un fenómeno muy importante dado que los empleados del sector suelen ser grupos de mayor edad.

El trabajo en la agricultura tiene características específicas que lo distinguen de otros sectores: Se realiza al aire libre, en invernaderos y en los hábitats del ganado. Trabajar en la agricultura requiere un cierto nivel de versatilidad debido a la variedad de funciones que se realizan. El profesionalismo agrícola, que durante mucho tiempo se ha aplicado en un sentido exclusivamente productivo. Pero con la introducción, en Italia, del Decreto Legislativo nº 228 de 2001, se concede al trabajador agrícola la capacidad de dedicarse a otras tareas como la protección del medio ambiente, el agroturismo, el paisaje.

De este modo, la agricultura adquiere su papel multifuncional, lo que se traduce en la adquisición de nuevas competencias para que el agricultor desarrolle su actividad.

La situación del trabajo agrícola en sus aspectos evolutivos, así descrita, se verá influenciada por algunos fenómenos a nivel mundial, como la pandemia del coronavirus aún en curso, el cambio climático y la digitalización.

Otro tema importante tratado en el seminario fue la seguridad de los trabajadores agrícolas.

El análisis mostró que los accidentes mortales en el sector agrícola y forestal representan una elevada proporción del número total de accidentes laborales, mientras que la proporción del número total de accidentes no mortales es menor.

Todos los elementos considerados muestran que los trabajadores agrícolas también necesitan ser protegidos en relación con los riesgos inherentes a la actividad agrícola.

¿Cuáles son los principales riesgos para los trabajadores agrícolas? Se han identificado las siguientes categorías

- Riesgos asociados al uso de agrofármacos

- Riesgos asociados al uso de maquinaria

- Riesgos asociados al trabajo al aire libre en condiciones climáticas adversas

- Riesgos asociados a la manipulación de cargas

Entre ellos, se prestó especial atención a la cuestión del uso de productos fitosanitarios como elemento característico de la agricultura.

La Unión Europea ha desarrollado un conjunto estructurado y complejo de normas en este ámbito:

- Reg. (CE) 1107/2009 - sobre la introducción/utilización de productos fitosanitarios

- Directiva 2009/128/CE - es la directiva marco sobre el uso sostenible de los productos agrofarmacéuticos.

En particular, en Italia, la Directiva 2009/128/CE se implementó mediante el Decreto Legislativo 150 de 2012, que dio lugar al PLAN DE ACCIÓN NACIONAL (PAN). 

Este documento establece los objetivos, las medidas, los calendarios y los indicadores para reducir los riesgos y los impactos del uso de productos fitosanitarios.  El Plan de Acción Nacional entró en vigor en 2014 y está previsto que sea sustituido por el NUEVO Plan en unos meses.

¿Qué prevé el nuevo Plan de Acción Nacional?

- Intensificar las actividades de formación (aumentar el número de trabajadores con «carnet verde»).

- Aumento del número de controles de los equipos de pulverización

- Aumento del número de superficies cultivadas con métodos ecológicos e integrados

- Proteger a los consumidores y aumentar la biodiversidad

- Reducir el impacto en el medio ambiente y el riesgo para los operadores agrícolas

- Reducir el uso de los agrofármacos más perjudiciales.

En cuanto al último objetivo, la tabla muestra los datos sobre el consumo de agrofármacos a nivel europeo:

 

El análisis muestra una considerable estabilidad en las ventas durante los últimos 10 años y es este elemento el que la política comunitaria pretende abordar en el próximo periodo de programación. De hecho, con la estrategia «Farm to Fork» (De la granja a la mesa), el responsable político europeo quiere alcanzar una serie de objetivos para 2030, entre ellos una reducción del 50 % en el uso de productos fitosanitarios.

El trabajo agrícola es potencialmente el mejor trabajo del mundo. Se desarrolla predominantemente al aire libre, sigue los ciclos naturales y, por tanto, está vinculado al medio ambiente; está arraigado en la producción de alimentos, un elemento indispensable para la humanidad. También tiene una repercusión social positiva, ya que la granja no solo produce alimentos, sino que también proporciona servicios medioambientales, recreativos y públicos.

También es un trabajo peligroso que conlleva riesgos. El número de accidentes y enfermedades profesionales sigue siendo muy elevado. Los legisladores han promulgado una serie de normas para limitar los riesgos y aumentar así la seguridad en el lugar de trabajo. Estas normas son de formación, prevención y control. Los responsables políticos también están aplicando medidas más estrictas en relación con el uso de productos fitosanitarios. Por un lado, esto puede permitir alcanzar los objetivos fijados, pero, por otro lado, sin duda provocará un aumento de los costes de producción y más burocracia para las empresas. La burocracia que supone la aplicación de estas normas tiene un gran impacto en las pequeñas empresas que componen el tejido productivo europeo.

La cuestión que nos planteamos en el seminario fue cómo lograr un equilibrio entre la necesidad de proteger la salud y el medio ambiente (sostenibilidad medioambiental) y la necesidad de producir alimentos a precios competitivos para el consumidor y rentables para el productor (sostenibilidad económica).

En las próximas semanas, el trabajo de análisis en profundidad continuará para identificar también acciones específicas de compromiso.

El papel del ICRA en la lucha contra las enfermedades y los accidentes laborales se puede resumir en una doble perspectiva:

1. Investigación: en esta fase es esencial que ICRA siga explorando las cuestiones relacionadas con las enfermedades y los accidentes laborales. Este estudio en profundidad debe, por un lado, analizar la situación en Europa desde un punto de vista estadístico-numérico y, por otro, profundizar en el aspecto sociológico y comunicativo vinculado a estos fenómenos. Investigar y comprender el aspecto sociológico de la cuestión es fundamental para contribuir activamente a mejorar la situación de los trabajadores. Es igualmente importante entender cuáles son y dónde están las lagunas de comunicación que conducen a una dramática propagación de enfermedades y accidentes laborales. Sin comunicación, muchos trabajadores no saben qué esperar de su vida laboral, con las inevitables consecuencias negativas para la salud.

2. Difusión: en lo que respecta a esta fase, es importante que ICRA siga desarrollando formas nuevas y más modernas de llegar a los trabajadores desde el punto de vista de la comunicación. De hecho, sólo estudiando detenidamente las técnicas de comunicación innovadoras será posible reducir ese vacío de información de los trabajadores que inevitablemente les predispone a la exposición a enfermedades y accidentes laborales. Hay que recordar que el drama de estas patologías radica en que se pueden producir durante el periodo de empleo o incluso varios años después del abandono del trabajo de riesgo. Esta fase es doblemente importante porque representa la palanca que permite mejorar el diálogo social al implicar a todas las partes interesadas adecuadas en el canal virtuoso de comunicación y difusión. En efecto, el diálogo social es, por definición, un componente fundamental del modelo social europeo, ya que permite a los interlocutores sociales contribuir activamente, incluso mediante acuerdos, a la definición de las políticas sociales y de empleo europeas. ¿Existe una mejor oportunidad para mejorar la salud de los trabajadores? La elaboración de tablas que correlacionen el trabajo agrícola con las enfermedades profesionales y sus síntomas intentará informar mejor a los trabajadores del sector y reducir el número de enfermedades profesionales desarrolladas.