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Formas de trabajo modernas como solución de movilidad sostenible

La contribución de las formas modernas de trabajo a la movilidad sostenible fue el tema central de la conferencia organizada los días 30 y 31 de octubre de 2020 por la AFB (Arbeiter-, Freizeit- und Bildungsverein), en cooperación con EZA (Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores). Debido a la pandemia de COVID-19, la conferencia se celebró en línea. Hubo cincuenta participantes de Tirol del Sur/Italia, Alemania, Austria, Luxemburgo y Bélgica. La conferencia se celebró en los dos idiomas, alemán e italiano, y contó con el apoyo de la Unión Europea.

Intervinieron expertos de diferentes países europeos, que presentaron proyectos y buenas prácticas sobre el impacto de las soluciones de movilidad sostenible en las condiciones de trabajo, de consumo y de la vida cotidiana. El impulso decisivo a este respecto proviene del progreso técnico, que implica un cambio fundamental en la producción de bienes y servicios. El cambio tiene que ver con las máquinas y a la organización del trabajo, pero también con la comunicación tanto dentro de la empresa como con los proveedores y clientes. Si bien las redes digitales se han utilizado para los contactos comerciales desde hace algún tiempo, la cuarentena, causada por la pandemia de COVID-19, ha obligado a las empresas públicas y privadas de variadas dimensiones, a utilizar sistemáticamente herramientas digitales para apoyar los diversos procesos operativos.

Muchas grandes empresas que sitúan el respeto de las cuestiones ambientales al centro de su filosofía empresarial, y que consideran las certificaciones correspondientes como elementos fundamentales de su identidad empresarial (corporate identity) están optimizando sus sistemas logísticos, coordinando mejor los plazos de entrega y el aprovechamiento de los vehículos utilizados. También cuentan con sistemas de gestión empresarial para apoyar los desplazamientos conscientes de sus empleados y para sustituir los viajes profesionales innecesarios en coche por las telecomunicaciones.

El Home Office (o teletrabajo) se ha convertido en una forma muy utilizada para la prestación de servicios profesionales, cuya base formal es un acuerdo empresarial o individual entre empresarios y empleados. Sólo en los Países Bajos existe el derecho al Home Office. En Italia, el "trabajo inteligente" (smart working) se considera una forma de trabajo de los empleados y se aplica el principio de igualdad con los trabajadores empleados de forma convencional. Sin embargo, la actividad del Home Office no está vinculada a una base de trabajo específica. En Alemania, el reglamento sobre el lugar de trabajo (Arbeitsstättenverordnung) estipula que la forma del Home Office requiere un lugar de trabajo fijo en el hogar, para lo cual el/la jefe/a debe proporcionar la maquinaria y comprobar el cumplimiento de las normas de seguridad en el trabajo. En Austria, el/la empresario/a proporciona la maquinaria y la papelería, mientras que la creación del lugar de trabajo es responsabilidad del empleado. A falta de reglamentos jurídicos o contractuales, los acuerdos individuales sobre el denominado trabajo móvil abren la puerta a nuevas formas de empleo en la zona fronteriza entre el trabajo autónomo y el empleo. Lo mismo puede decirse de la economía de plataforma, es decir, las formas digitales de mediación laboral entre el mandante y el ejecutor.

Durante el período de la cuarentena, causado por el COVID-19, el uso al teletrabajo, a las plataformas de trabajo y a las videoconferencias han tenido un aumento exponencial. La reducción del número de viajes en automóvil y la cancelación de un gran número de vuelos nacionales e internacionales contribuyeron a una repentina mejora de la calidad del aire, especialmente en las ciudades. Las formas digitales de trabajo han demostrado ser herramientas eficaces para mantener los procesos operacionales en movimiento. Por esta razón su uso ha sido facilitado por la legislación de los diversos países e incluso prescrito para el empleo público. La modalidad de Home Office es considerada ventajosa sobre todo por las empresas que operan en el sector de los servicios, porque permite formas flexibles de organización operativa, facilitando la autonomía de los empleados, poniendo en primer plano la responsabilidad por el resultado del trabajo y permitiendo también la reducción de los costos. Desde el punto de vista sindical, cabe señalar que el paso a la modalidad de Home Office en las pequeñas empresas se produjo a menudo a expensas de los empleados, que tuvieron que establecer su lugar de trabajo en casa con sus propios gastos y que se vieron expuestos a una mayor presión, en lugar de poder aprovechar la mayor autonomía de los horarios de trabajo. En particular, a los sindicatos les resulta difícil organizar a los/las empleados/as difíciles de detectar en el teletrabajo y a través de plataformas de trabajo, y proteger sus derechos colectivos mediante acuerdos contractuales territoriales y de empresa. Por consiguiente, la Unión Europea está reflexionando sobre una reglamentación uniforme para la utilización transfronteriza de las formas de trabajo digitales y para la plataforma.

El transporte público a nivel internacional presenta muchos ejemplos de soluciones de movilidad sostenible. La palabra clave es intermodalidad, es decir, un sistema de movilidad pública bien coordinado, con la facilitación para caminar y de bicicleta en rutas cortas, proyectos de uso compartido de automóviles y movilidad eléctrica. Algunas autoridades municipales y regionales se distinguen por sus proyectos de reducción del tráfico y de gestión sostenible del tráfico. Los viajeros están motivados/as para cambiar a la bicicleta o al transporte público (por ejemplo, apoyo para la compra de bicicletas o bicis electrónicas, aparcamiento para bicicletas, ayudas para el uso de transporte público). Las empresas pueden hacer una importante contribución creando sinergias entre la gestión empresarial de la salud y de la movilidad, dotando así de comportamientos de movilidad sostenible de buena reputación. La colaboración transfronteriza y las administraciones públicas de mentalidad abierta aportan útiles efectos de red para motivar a las personas a abandonar su conducta habitual de desplazamiento al trabajo y a adoptar alternativas saludables y sostenibles.

La movilidad regional debe ser gestionada según las diferentes circunstancias y necesidades a nivel empresarial, municipal, escolar y turístico. El documento de las Naciones Unidas sobre los objetivos de desarrollo sostenible del 2015, sirve a menudo de fuerza motriz para que las regiones fijen objetivos ambiciosos. Los pequeños pasos son eficaces, siempre que se alcance un amplio consenso social sobre la planificación del desarrollo sostenible. Un acercamiento concentrado en aspectos sistémicos identifica la planificación urbana y de tráfico como una palanca clave: pone en primer plano la movilidad peatonal y ciclista y la revitalización de la experiencia de la comunidad en lugar de la movilidad del coche. Los proyectos de "reconquista" del espacio público dan a las familias y a los niños más espacio para respirar, así como contactos sociales en zonas residenciales y plazas públicas en general. Los daños a la salud y al medio ambiente, causados por las emisiones nocivas y el ruido, por un lado, y la mejor calidad de vida, que puede lograrse mediante un ritmo reducido y una paz mental reflexiva, por el otro, hacen que el automóvil y la movilidad ilimitada no se consideren el principio rector de la evolución social.