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La transformación del trabajo en un mundo digital: ¿estamos preparados?

¿Qué es un trabajador? ¿Cuál es la definición de trabajador? ¿Cuál es la mejor manera de describir a un trabajador? En la legislación europea falta una definición común unificada, lo que da lugar a todo tipo de complicaciones.

Con la era digital surge otro tipo de trabajador que realiza gran parte o la mayor parte del trabajo desde su casa o desde un lugar de trabajo flexible. Con ello, este tipo de trabajador está cambiando lenta pero gradualmente el mundo del trabajo. De este modo, también cambia el concepto de trabajo tal y como lo conocemos.

Con la aparición de nuevos tipos de empleo y nuevas formas de contrato, queda claro que habrá que encontrar una nueva definición para proteger a los trabajadores que ahora pueden quedar fuera de la definición. Hoy en día, una parte cada vez mayor de la mano de obra es autónoma. Ya sea por elección o no. Sin embargo, este grupo casi no está protegido por la legislación laboral tradicional.

Todo lo anterior está dando lugar a numerosos desafíos. El trabajo por cuenta propia se ha diversificado, lo que supone un desafío tanto para los responsables políticos como para los sindicatos. Como también lo es el creciente número de personas activas en trabajos que son altamente digitales.

¿Estamos preparados para un mundo y un mercado laboral más digitales? Este fue el tema de un seminario en línea con el título «La transformación del trabajo en un mundo digital: ¿estamos preparados?», organizado el 21 de octubre de 2020 por la Organización Mundial de Trabajadores (WOW) en cooperación con el Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores (EZA) y con el apoyo de la Unión Europea.

El catedrático de Derecho Laboral del Instituto Hugo Sinzheimer de Ámsterdam, Evert Verhulp, confirmó que existen diferentes conceptos de trabajador, lo que dificulta un enfoque común. En su contribución «La noción de "trabajador" en la UE y en la legislación nacional: ¿autónomo o no?» destacó que el contrato de trabajo sigue siendo obligatorio. Y a pesar de que se presiona para evitar este contrato, sigue siendo muy deseable y a menudo se considera un símbolo de estatus. Este hecho choca bastante con el creciente número de personas sin contrato indefinido. Además, está claro que los empleados trabajan cada vez más como si fueran autónomos, aunque lo hagan para una empresa y tengan un contrato. Esto hace que se cuestione su situación real. Habrá que encontrar respuestas a estas discrepancias.

Anna Ginès i Fabrellas, profesora asociada de Derecho Laboral en la Universidad Ramón Llull-ESADE en España, abordó el tema desde un ángulo muy diferente. Su presentación se tituló: «Algoritmos en el entorno laboral. ¿Qué sabemos sobre la elaboración de perfiles y la toma de decisiones automatizada?». La presencia e importancia de los algoritmos está creciendo rápidamente, aunque la toma de decisiones automatizada y su uso es algo que realmente se ha puesto de moda en los últimos años. Ciertamente, los algoritmos son beneficiosos para las empresas con el fin de controlar el rendimiento de la empresa y los trabajadores. Sin embargo, cada vez vemos más algoritmos que toman decisiones reales. Y a veces incluso sin ninguna intervención humana. Esto se permite en el caso de que no haya efectos legales o significativos, es decir, bajo ciertas condiciones. En otros casos se requiere una intervención significativa por parte de una persona con autoridad y competencia. Lo que se teme para el futuro es la respuesta legal, afirmó la Sra. Ginès i Fabrellas.

Hoy en día el mundo del trabajo sería inimaginable sin el uso y el apoyo de los diferentes canales de comunicación. En «¿Quo vadis, redes sociales? Nuestro viaje a los nuevos canales de participación de los trabajadores» Boris Beker, socio gerente y cofundador de Chapter Four Communications Consulting GmbH, guió a los participantes a través de las posibilidades y restricciones de los diferentes canales de comunicación más utilizados. Actualmente hay más personas con un teléfono inteligente que con agua corriente. Esto demuestra las enormes posibilidades y el poder de influencia de las plataformas de comunicación. Cada vez será más importante la creación de marca de una empresa a través de la redes sociales, por lo que hay que darse cuenta de que el planteamiento sobre las redes sociales es a corto plazo. Por lo tanto, las empresas deben crear la estrategia que se adapte mejor a sus objetivos, y esta depende del tipo de empresa y de las personas a las que se quiere atraer o influenciar.

Si consideramos a los que realmente trabajan en plataformas, vemos que los números son todavía muy limitados. Según Anna Ilsøe, profesora asociada del Centro de Investigación de Relaciones Laborales (FAOS), en su presentación «Trabajar en plataformas: ¿champán o cóctel de riesgos?», solo el 1 % de los daneses gana dinero a través de plataformas digitales, y solo el 1,5 % ganó dinero a través de una plataforma de capital como Airbnb. Los ingresos son bastante bajos, por lo que deben considerarse los suplementos. Por último, están las plataformas laborales como Hilfr, una plataforma danesa de limpieza. Aquí se ve que la plataforma compite con el mercado laboral tradicional, lo que da lugar a debates sobre la regulación y la legitimidad. Además, hay un alto grado de inseguridad individual y un bajo nivel de protección. Aún así, algunos grupos (unos más que otros) optan por este medio para complementar sus necesidades básicas.

¿Qué implicarán todos estos cambios para el futuro del trabajo? ¿Y de qué manera influirán en la transformación digital de las empresas? El doctor Bruno Broseta Dupré, profesor de Microeconomía y Estrategias Empresariales de la Universidad Europea de Valencia, se centró en algunas de las limitaciones y posibilidades. Todos tendremos que aceptar y adoptar la automatización, porque no podremos detenerla. Sin embargo, no debemos fijarnos solo en el hecho de que los puestos de trabajo puedan ser sustituidos, porque surgirán nuevos puestos de trabajo y la tecnología también facilita el trabajo. Habrá que redefinir los puestos de trabajo y los procesos empresariales. Además, habrá una «necesidad enorme de recualificación y mejora de las competencias, especialmente a corto y medio plazo». Tal vez sean más importantes las cuestiones éticas, porque esta revolución seguramente creará desigualdades económicas. Por ello, quizá debamos considerar más cosas como los planes de salario mínimo o los planes de jubilación anticipada.

Goce Trajkovski, Secretario General y Coordinador Internacional del Sindicato de Finanzas de Macedonia (SFDM), aportó un ejemplo práctico de digitalización en el puesto de trabajo. Discutió las implicaciones de la digitalización en el sector financiero, un sector que se ha vuelto muy digital en las dos últimas décadas. Las consecuencias han sido tremendas tanto para los clientes como para los trabajadores y la evolución ha llevado a una redefinición de las prioridades. Sin duda, hay ventajas como la rapidez y la reducción de los costes operativos, aunque también genera un enfoque menos personal cara a cara. Teniendo en cuenta que un banco tiene principalmente una función pública, y el hecho de que todo se haya vuelto cada vez más digital también supone una amenaza en forma de ciberdelincuencia.

No es ninguna novedad que la digitalización ha venido para quedarse. Es una realidad que tendremos que aceptar. Por supuesto, tendremos que asegurarnos de contar con unas reglas buenas y justas para que todos podamos beneficiarnos de esto lo máximo posible, lo que supondrá un desafío. Las personas se desarrollan de forma lineal, mientras que los avances técnicos lo hacen exponencialmente. Los humanos somos incapaces de seguir estos desarrollos, lo que significa que tendremos que crear normas y reglas para que el mayor número posible de personas pueda seguir y beneficiarse de este «progreso», una tarea interesante para los sindicatos y las organizaciones implicadas en los asuntos de los trabajadores.