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“¿Una visión común para el "pilar europeo de derechos sociales"? La protección social y la inclusión social

Entre el 3 y el 5 de octubre de 2019 se celebró un seminario del Grupo Europeo de Pastorales Obreras (GEPO) con el título “¿Una visión común para el "pilar europeo de derechos sociales"? La protección social y la inclusión social”, con el apoyo financiero de EZA y de la Unión Europea. Sobre la base de las ponencias y los debates se formuló la siguiente declaración final:

Nos encontramos en un punto de inflexión en la construcción de Europa. El Brexit suena como una advertencia en relación con la continuidad del proyecto. Cada vez existe una proporción mayor de personas críticas con el sueño europeo y no solo dentro del Reino Unido.

Somos conscientes de que se ha tratado mal actualmente a demasiadas personas en sus vidas en Europa a lo largo de las sucesivas crisis y de que Europa no ha sido capaz de garantizar la solidaridad supranacional para todos sus ciudadanos. Sin embargo, estamos convencidos de que, para ser precisos, la solución solo se puede hallar en la creación de un espacio político que es una condición para un enfoque social, junto con un espacio económico. Este espacio se debe convertir en un espacio de solidaridad y de justicia para todos, hombres y mujeres, nativos y migrantes, ciudadanos de regiones ricas o de la periferia. Los logros de la construcción de Europa se deben sostener sobre la base de un nuevo pacto que tendrá que tener más en cuenta a las aspiraciones de cada ciudadano a una vida buena y digna.

Para GEPO, el punto de inicio sigue siendo la importancia que debe ir aparejada al trabajo como un elemento vital para crear dignidad en las personas. Por “trabajo” queremos decir, por un lado, una contribución esencial a la comunidad mediante un compromiso que tiene significado, y por otro lado, una remuneración adecuada que permite una vida digna. En nuestros países europeos la mayoría de los derechos sociales están relacionados con el trabajo remunerado. Por ello, es más importante que luchemos con firmeza contra todas las formas de empleo precario que ya no permite que la gente disfrute de los derechos sociales básicos, la condición mínima para una vida humana respetuosa. También requiere que las medidas políticas reduzcan las desigualdades persistentes, tanto entre países como dentro de los propios países. Es escandaloso que la concentración de riqueza en las manos de unos pocos esté creciendo en detrimento de un creciente número de trabajadores que ya no puede vivir dignamente de sus trabajos.

Nuestras líneas de acción para las diferentes pastorales obreras:

  • Combatir el trabajo indebido y la deshumanización de la economía. La economía debe estar al servicio de la humanidad y no al revés. Esto requiere una política que esté en contra de todas las formas de explotación en el lugar de trabajo con el objetivo de que cada persona pueda vivir adecuadamente de su trabajo y de los derechos sociales derivados del mismo (beneficios del desempleo, pensión, indemnizaciones por incapacidad laboral, pensiones de invalidez y demás). A nivel europeo, debemos reforzar la protección de los derechos de todos aquellos que trabajan con contratos atípicos. También debemos asegurar que se garanticen los derechos de los trabajadores transfronterizos y de los trabajadores desplazados.
  • Comprometerse con organizaciones de todo el mundo para crear una base de derechos sociales europeos. Se tendrá que ofrecer un contenido concreto y vinculante si la política europea debe convertirse en el garante de la justicia social y de la solidaridad supranacional. GEPO asume participar en un diálogo sobre este tema con la nueva Comisión y el nuevo Parlamento.
  • Implementar un plan de acción radical para reducir las desigualdades en los salarios y la distribución de la riqueza mediante una política fiscal adecuada. Es insostenible que las empresas que crean actualmente la mayor riqueza sean aquéllas que menos contribuyen al bienestar común.
  • Dado que los derechos sociales son los primeros y los principales, pedimos el fin del acoso y de hacer que la gente se sienta culpable por estar obligados a la protección social. Esto es contrario a los principios europeos de respeto de la dignidad fundamental de cada ciudadano. Denunciamos el hecho de que con un pretexto presupuestario, los estados estén complicando cada vez más el acceso a la asistencia social. La lógica de la benevolencia debe guiar toda la política social. También requiere reformas para hacer que la legislación social se entienda más fácilmente. La accesibilidad de los derechos sociales también requiere simplificación administrativa.
  • Los permisos e indemnizaciones por incapacidad laboral se deben mantener a un nivel que garantice una vida digna sin hacer que la gente entre en una situación de pobreza. Abogamos por la armonización a nivel europeo mediante un nivel único entre los países: un reemplazo de la tasa de ingresos del 80 %. Solicitamos un debate importante sobre el problema del aplazamiento de la edad de jubilación desde el punto de vista del desempleo entre gente de más de 50 años que con frecuencia se ven condenados al desempleo de larga duración que les margina unido al incremento de la edad de jubilación.
  • En muchos países europeos, es casi inexistente el acceso a los trabajos de calidad para los jóvenes. Debemos renegociar un contrato entre generaciones que permita a los jóvenes generar una existencia económicamente sostenible.