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Nuevas relaciones laborales: digitalización y estrategias sindicales

La Conferencia para la colaboración sindical en Europa 2018 sobre el tema “El desarrollo de capacidades en la era digital: sindicatos – democracia – diálogo social” se celebró del 26 al 29 de abril de 2018 en Salónica (Grecia) gracias a la iniciativa de Österreichisches Zentrum für Arbeitnehmerbildung (ÖZA, Centro austríaco para la formación de trabajadores), con el apoyo de EZA y el Unión Europea. La conferencia formó parte de la coordinación de proyecto de EZA «Nuevas relaciones laborales: digitalización y estrategias sindicales". Más de 70 representantes de organizaciones de trabajadores procedentes de Albania, Bélgica, Bulgaria, Alemania, Grecia, Italia, Croacia, Lituania, Luxemburgo, Antigua República Yugoslava de Macedonia, Holanda, Austria, Polonia, Portugal, Rumania, Serbia, Eslovaquia, España, República Checa, Ucrania y Hungría participaron en la conferencia.

Durante la conferencia, se sacaron las siguientes conclusiones:

PRIMERA: Los/las participantes manifiestan que el trabajo 4.0 no es solo un avance del progreso técnico, sino que abre una nueva era. Mientras que, en el pasado, el progreso técnico buscaba facilitar el trabajo, mediante el cambio de analógico a digital de modifica nuestra forma de trabajar y vivir (way of life). Se modifican las relaciones laborales, las familias, el ocio y el comportamiento social. «Internet ha llegado para quedarse». (Eliza Vozemberg)

 SEGUNDA: Durante aproximadamente 150 años, nuestra red social en Europa se ha vinculado al contrato laboral. Es decir, tanto en los contratos individuales como en los convenios colectivos, los empleadores y los empleados se comprometen a pagar impuestos al Estado y contribuciones a la Seguridad Social, además del salario por el trabajo realizado. En muchos países europeos, los riesgos para la vida como las enfermedades, la vejez (pensiones), el desempleo y los accidentes se comparten en un sistema de seguridad social, a menudo autogestionado. Si se aplican las predicciones sobre la pérdida de numerosos puestos de trabajo en favor de robots y ordenadores, este sistema social estaría en gran peligro.

TERCERA: En la era digital, el trabajo en cualquier lugar y en cualquier momento es posible en muchos sectores, solo se requiere acceso a Internet. Sin embargo, esto plantea muchas nuevas preguntas:

  • ¿Quién es el empleador o empleado?
  • ¿Se lleva a cabo una relación laboral legalmente válida en el caso de un pedido de Internet? ¿En qué Estados se deberán abonar impuestos y cotizaciones sociales en el futuro cuando el trabajo se distribuya por todo el mundo?
  • ¿Cómo pueden sindicalizarse las nuevas formas de trabajo (Crowd-Working, autónomos, etc.) o se puede crear un marco de trabajo estable?

CUARTA: Debido a la ingente cantidad de datos disponibles, la protección de la privacidad de los datos disponibles se aborda desde otra perspectiva. La protección de datos debe mejorarse de forma general no solo en las relaciones entre empleadores y empleados, sino también en las relaciones entre los Estados y los/las ciudadanos/ciudadanas individuales, para proteger a los/las consumidores/consumidoras y para ofrecer protección contra del uso unilateral de los datos debido a intereses económicos. Toda persona tiene derecho a decidir por sí misma sobre el uso de su información personal. La protección de dicho derecho está sometida a la supervisión del Estado y forma parte del Estado de derecho.

QUINTA: Los sindicatos necesitan hacer un mayor uso de las nuevas tecnologías (Internet, digitalización, ...) y desarrollar métodos de organización completamente nuevos. Por un lado, pueden luchar contra la desinformación selectiva («fake news») proporcionando información de alta calidad (por ejemplo, todos los convenios colectivos vigentes). Por otro lado, los canales en línea también se pueden utilizar para campañas o protestas. Además, Internet brinda a las organizaciones societarias oportunidades de participación completamente nuevas (por ejemplo, la correspondiente modificación de la forma de organización, encuestas, votos, ...). Se debe prestar especial atención al hecho de que la digitalización avanza a velocidades completamente diferentes en los diversos sectores.

SEXTA: En 2018, se hizo público que las encuestas y las elecciones en los últimos años pudieron sufrir un enorme impacto a través de las redes sociales. Esto supone una nueva amenaza para el sistema democrático en la UE. Para contrarrestar esta amenaza, los Estados deben invertir tanto en la expansión de la infraestructura (cable de fibra óptica, red 5G, ...) como en nuevas formas de formación. Según los pronósticos, más del 50 % de los niños que empiezan hoy el colegio ocuparán puestos de trabajo que no existen hoy en día. Las democracias deben garantizar que todos los/las ciudadanos/ciudadanas tengan libre acceso a Internet.

SÉPTIMA: Mientras que en la era de la digitalización se cuestiona cada vez más el «diálogo social» generado en Europa desde hace más de 100 años, los/las participantes reafirman la importancia de dicho instrumento. En este sentido, se fortalecen los PILARES EUROPEOS DE DERECHOS SOCIALES (social pillar) proclamados en noviembre de 2017. Dichos pilares exigen igualdad de oportunidades y acceso al mercado laboral, condiciones laborales justas, así como protección social e inclusión social. El fortalecimiento de estructuras sostenibles para el diálogo social también resulta indispensable de cara al futuro.