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La economía en el centro: un trabajo decente y una vida decente en Europa: ¿visión o realidad?

Del 3 al 9 de junio de 2018 se celebró en el centro de formación Josef-Gockeln-Haus de Kirchhundem-Rahrbach (Alemania) un seminario con 20 representantes de organizaciones de trabajadores de cuatro países europeos bajo el título "La economía en el centro: un trabajo decente y una vida decente en Europa: ¿visión o realidad?”.

El proyecto fue planeado y ejecutado por el Movimiento Católico de Trabajadores alemán “Katholische Arbeitnehmer-Bewegung (KAB) Deutschlands e.V.”. Colaboraron en el proyecto el Movimiento Católico de Trabajadores austriaco «Katholische Arbeitnehmer-Bewegung Österreichs», el Movimiento Católico de Trabajadores suizo “Katholische Arbeitnehmer- und Arbeitnehmer-Bewegung der Schweiz” y la Asociación Católica de Trabajadores de Tirol del Sur “Katholische Verband der Werktätigen Südtirols” (KVW). El seminario se celebró en cooperación con el Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores (EZA) y contó con el apoyo económico de la Unión Europea.

“Esta economía mata”, dice el Papa Francisco, llamando la atención sobre la división social y la exclusión de muchas personas en esta expresión concisa. La Unión Europea tiene una gran demanda y puede ser la pionera de otra economía que ofrezca más compensaciones sociales. Cuando hablamos de trabajo inhumano, solemos pensar en las trabajadoras textiles de Asia. Sin embargo, en Europa, el trabajo (remunerado) es a menudo cualquier cosa menos humano, tanto en términos de los derechos inherentes de los trabajadores como de las condiciones a menudo insalubres de la vida laboral, con los correspondientes efectos en la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias. Es urgente actuar para humanizar el mundo del trabajo.

El seminario se centró en las condiciones de trabajo decentes. Se analizaron las interrelaciones entre los intereses económicos y los derechos inherentes de los trabajadores*, así como el aumento de las distorsiones sociales en Europa. En particular, se ha tenido en cuenta y desarrollado la importancia de las organizaciones de trabajadores y de los sindicatos, y de su cooperación europea, ya que desempeñan un papel importante a la hora de garantizar unas condiciones de trabajo dignas y el desarrollo de los derechos sociales.

En un primer paso (parte de análisis) se retomaron los siguientes contenidos: la evolución actual de la sociedad (laboral), las causas y consecuencias sociales de la crisis laboral europea y los efectos sobre la política económica y social en Europa. Varios países europeos, como Estonia, Rumania, Austria, Portugal, Italia, Suiza y Alemania informaron con ejemplos sobre las condiciones de trabajo y sus efectos en la vida de las personas. (Las palabras clave en este contexto incluyen: horas de trabajo, protección de la salud, seguridad en el trabajo, salario mínimo, relaciones laborales precarias, trabajo temporal, igualdad entre mujeres y hombres, seguridad social, salarios justos).

Después de este recuento, se tuvieron en cuenta las condiciones del trabajo decentes y se elaboraron criterios. Se presentaron y debatieron las normas fundamentales del trabajo establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otras normas laborales y sociales de la OIT. El tercer paso importante fue desarrollar un catálogo de medidas y demandas sobre la humanización del mundo del trabajo para los movimientos de trabajadores y sindicatos europeos, y su aplicación práctica. Esto es especialmente importante, ya que los sindicatos y las organizaciones de trabajadores tienen un papel especial que desempeñar para garantizar unas condiciones de trabajo decentes en una Europa socialmente justa.

Se introdujeron los párrafos de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1949 relativos al tema del «Trabajo». La introducción del lunes fue una presentación con hechos sobre el desarrollo actual de la sociedad del empleo remunerado en Europa. El balance presentado se profundizó en los expedientes de los países y fue presentado por los participantes en los grupos de trabajo (palabras clave: contratos de trabajo, horarios de trabajo, remuneración, discriminación, negociación colectiva, seguridad social), con lo que quedó claro que las condiciones de trabajo decente no son una realidad en toda Europa.

Después de esta parte del análisis, la Sra. Mag. Gertraud Wiesinger, de Viena, hizo una presentación detallada de los enfoques de los sindicatos sobre la aplicación de las normas fundamentales del trabajo de la OIT y las normas laborales en Europa. Posteriormente, en cuatro grupos de trabajo sobre «Salario mínimo y convenios colectivos, jornada laboral, seguridad social y digitalización», los participantes discutieron las demandas y perspectivas del sindicato, así como las posibilidades de implementar estos enfoques.

La Sra. Annika Salingrè presentó ejemplos concretos de la industria de la confección entre la demanda y la realidad. Ha quedado claro que en Europa también existen condiciones de trabajo precarias en el sector de la confección, tanto en la producción como en las ventas. Las conexiones globales y la cadena de producción desde el algodón hasta la compra de ropa se hicieron evidentes, al igual que el comportamiento y el poder de los consumidores. Posteriormente, se discutió en pequeños grupos el papel de las organizaciones de trabajadores y de los sindicatos europeos en la creación de condiciones de trabajo decentes y se desarrollaron conceptos estratégicos. Este debate se profundizó con entrevistas a viandantes y vendedores* sobre las condiciones de producción en la industria de la confección y el desarrollo de una directriz para «compras justas».

De gran importancia para los participantes, además del estudio intensivo de los contenidos descritos, fue la propuesta de presentar lo que habían aprendido de manera práctica en juegos de roles y de centrarse en los elementos de exposición, y así preparar desde su propia perspectiva con ejemplos y aprender nuevos métodos de trabajo de educación política.

Al mismo tiempo, era necesario desarrollar oportunidades para la acción política más allá de las fronteras nacionales y fomentar conjuntamente campos concretos de acción y medidas con el objetivo de estimular una economía de solidaridad diferente, más allá del pensamiento en términos de crecimiento con condiciones de trabajo decentes, y seguir desarrollando las redes de movimientos sociales y sindicatos cristianos en Europa y fortalecerlos como actores de la sociedad civil. Además de introducir nuevas formas de acción en términos de contenido, se desarrollaron proyectos concretos y otras posibilidades de acción en grupos de trabajo. El espectro abarcaba desde el trabajo de relaciones públicas y nuevas formas de acción como «flashmob» y clips publicitarios hasta encuestas y peticiones nacionales y europeas.