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El mundo digital del trabajo – la industria 4.0: nuevas oportunidades para los jóvenes

Entre el 13 y el 15 de noviembre de 2018 se celebró en Estrasburgo un seminario sobre el tema “El mundo digital del trabajo – la industria 4.0: nuevas oportunidades para los jóvenes”, organizado por ACLI - ENAIP (Associazioni Cristiane Lavoratori Italiani - Ente Nazionale ACLI Istruzione Professionale), con el apoyo de EZA y de la Unión Europea. El seminario formó parte de la coordinación de proyecto de EZA sobre el tema “Trabajar y vivir en un mundo digitalizado”.

Al evento asistieron 60 participantes procedentes de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, España, Lituania, los Países Bajos, Suiza y Brasil (como invitados).

El trabajo es la gran cuestión europea que afecta a la opinión pública de todos los países de la UE. La redefinición de este concepto ha provocado la elaboración de nuevas políticas de desarrollo económico que han constituido siempre la gran riqueza dentro del modelo europeo.

Además de la distribución a nivel mundial de la riqueza, que se ha modificado radicalmente debido a la globalización y a la apertura del comercio, una de las principales causas de la crisis es la repercusión del cambio tecnológico sobre el mercado laboral en Europa en comparación con otras potencias mundiales. Este cambio ha modificado incluso la relación entre los empresarios y los trabajadores, así como los procesos laborales de los empresarios, y en algunos casos las ha transformado sustancialmente.

En este seminario, tratamos analizar gracias a las contribuciones de algunos expertos en política social de varios países de la UE, de qué forma la digitalización y la industria 4.0 constituyen una ruptura decisiva en la vida de los trabajadores, qué oportunidades se han aprovechado y aquellos problemas que se pueden abordar de forma positiva solo si se comparten entre los países europeos.

La velocidad de la digitalización del mundo laboral hace que este último ya no esté retrasado y en 2017 hemos presenciado un interés de la opinión pública sobre estos asuntos a los que ACLI en Italia, ha contribuido mucho.

La idea principal fue la de ayudar a crear la plataforma para EZA / Industria 4.0 e intentar comprender si ACLI puede crear una plataforma política con vistas a los próximos ciudadanos europeos. Incluso las organizaciones de trabajadores deben desempeñar su papel, sobre todo si son fuertemente pro-europeas como es el caso de ACLI. Se intentó iniciar un taller de construcción.

Se deben centrar los esfuerzos en: el desafío, laboral, el desafío demográfico, el desafío medioambiental. Abrir una nueva era en la UE para proteger a los trabajadores y ciudadanos. La formación y la educación son los arquitrabes del Pilar Social (Gotemburgo, 2017). Saber cómo aprender será más importante de lo que ya sabemos ahora.

Todos estos cambios generan una brecha cultural entre los diferentes grupos de edad y también en las organizaciones que abordan el trabajo. Necesitamos organizaciones que sean mucho más abiertas, dinámicas y flexibles. Necesitamos repensar las formas y modelos organizativos, alcanzar un nivel estándar por debajo del cual no deberíamos pasar. La innovación tecnológica debería convertirse en innovación social: de lo contrario tendremos reducciones y pasos atrás, como por ejemplo a agenda 2030 de NU. El Modelo Social debe venir antes de la tecnología, y no ser determinado por esta, aunque no podemos retroceder en el modelo social exigiendo responsabilidades políticas en este sentido.

La cuarta revolución industrial y la velocidad imparable de la economía digital han cambiado profundamente las formas, lugares y tiempos de producción, generando al mismo tiempo los sistemas de desarrollo de capacidades de trabajo, sujetos a la rápida obsolescencia, y los perfiles profesionales y su definición clásica.

La polarización que ya vemos, entre trabajos “irreducibles” e inmunes a la innovación y trabajos altamente especializados, está destinada a empeorar, y de esta forma está aumentando la situación de aquellos que trabajan en sectores “sin calidad” (aquellos, en los que ingresan los organismos” y que cada vez están más expuestos a las leyes del mercado y cada vez menos protegidos a nivel contractual y legal.

Las formas de empleo consideradas habituales hasta ayer se están reemplazando gradualmente por formas sin precedentes, la mayor parte de las cuales han sido aclamadas, al menos al principio, como una fuente de mayor libertad, autonomía y oportunidad para los trabajadores.

Los dos grupos objetivos reflexionaron sobre los cambios que ha traído la cuarta revolución industrial: Los jóvenes que han sufrido la depresión económica posterior a 2008, son la categoría más débil que se enfrenta a la velocidad de este cambio de modelo. Aparte de las protecciones clásicas del trabajo Fordista, Europa debe contestar la pregunta sobre qué apoyo dar a aquellos que deben ingresar en el mundo laboral. Por otro lado, están las mujeres que no están suficientemente valoradas por la contribución actual que ofrecen a nuestra sociedad.

Además, quisimos proponer un estudio en profundidad sobre el trabajo asistencial que aumentará en los sistemas de bienestar europeos durante las próximas décadas, dependiendo de la curva de población continental ligeramente decreciente. Si el trabajo cambia de velocidad, de hecho, incluso las relaciones entre las generaciones cambian, y cada vez es más difícil proponer nuevas formas de apoyo a la asistencia familiar.

Todos los ponentes, cada uno desde su área de especialidad y para el tema asignado, contribuyeron a proponer ideas y reflexiones sobre el tema de la Industria 4.0, planteando temas, problemas, cuestiones críticas y objetivos que deberían afrontar de forma realista las asociaciones del Sector Terciario y los políticos (por su parte).

Roberto Rossini, Presidente Nacional de ACLI Italia y FAI reiteró que los seminarios de este tipo son una oportunidad laboral, y que son seminarios de estudios y no conferencias en las que es necesario producir resultados, sino ver y juzgar lo que observamos en los respectivos países. De acuerdo con nuestros historiadores, ha habido 4 revoluciones industriales. Detrás de la primera, estaba la idea de que se desarrollaría una nueva libertad. Con la segunda, el paradigma científico-tecnológico se extendió por todos los componentes de la vida (desde la industria hasta el estado racional y eficiente). Durante este periodo, nacieron los partidos e incluso las asociaciones como ACLI con la idea de que una buena organización podía generar bienestar social. La triangulación entre ciencia, tecnología y política es muy fuerte. También es el periodo de las constituciones, los parlamentos y la representatividad. El papel del estado es decisivo. La tercera revolución industrial supuso la primera introducción de la electrónica, tras 1968, en los años 70, que cambió la forma de producir e incluso la idea del capitalismo e incluso la forma en la que vemos las cosas con una mayor automatización de la producción. La fragmentación de los incrementos del consumo, junto con la fragmentación de los derechos. De la democracia de las personas a la democracia del público (atomizado). La cuarta revolución industrial nació con Internet a mediados de los 90, y cambiará por completo la forma en la que vemos las cosas. Todo se convierte en una relación, en una interrelación entre la gente. Los contratos laborales se han debilitado y se han hecho más complicados, tenemos la sensación de vivir en una sociedad compleja con una multiconfianza difícil de gestionar. También perdemos las categorías que podemos resumir. Necesitamos comprender cómo funciona este mundo, cómo funciona la vida social de este mundo. Si la democracia representativa funcionó hasta la segunda revolución industrial, hoy hablamos de democracia directa porque nos sentimos capaces de participar directamente. Conocemos bien la democracia indirecta, y las instituciones que hemos creado se basan en criterios de representatividad.

¿Cómo podemos hacer “asociación” con los trabajadores de la Industria 4.0? ¿Cómo discutimos las políticas hoy en día? ¿Cómo “evangelizamos” el mundo del trabajo hoy en día? ¿Es suficiente con una plataforma social? Necesitamos nuevos marcos sociales y culturales y quizá nuevas organizaciones. El trabajo cada vez forma menos parte de la dimensión política: desde el trabajo que forma la democracia hasta la pérdida de hoy en día. Entre los principales cambios: el cambio tecnológico (debemos pensar cómo formar clases populares capaces de competir en el mercado laboral); el cambio demográfico; el cambio climático. En cualquier caso, debemos pensar en términos globales, no podemos seguir pensando a nivel local. No es una reflexión ajena a ACLI, ya que cualquier transformación afectará a lo social.

Francesco Seghezzi, Director de ADAPT, señaló que el diálogo actual entre las máquinas se realiza por las propias máquinas, reduciendo el componente humano. Está claro que la tecnología quita puestos de trabajo (todo comenzó en la agricultura, y continuará). Es mucho más complejo identificar quién hará los nuevos trabajos. En el futuro, echaremos en falta a los trabajadores y no encontraremos trabajadores suficientes para reemplazar a los procedentes de la generación del baby boom que se jubilarán, o en nuevas profesiones. Todavía no somos autosuficientes en relación con la demanda actual de empleo y para el futuro más próximo. Actualmente, la tecnología está sustituyendo al trabajo repetitivo y también los trabajos cognitivos repetitivos (p.ej. secretarias, centros de atención telefónica). En cualquier caso, el trabajo manual no rutinario (p.ej. trabajo asistencial, seguridad, relaciones) y el trabajo cognitivo (consultoría, creativo, diseño) siguen existiendo. Se va hacia una gran polarización que tiene enormes consecuencias. Necesitamos replantear culturalmente cómo se crean los salarios: el valor añadido debe ser evaluado no solo como un resultado económico sino también social, premiando el resultado social impagado a día de hoy. Capacidades: la actualización es y será constante. Capacidades transversales: desde la venta de activos hasta la venta de activos y servicios relacionados (otro elemento de relación, debido también a la creciente complejidad de bienes vendidos). Además, la empresa (el mundo del trabajo) también se debe convertir en un lugar de formación: tiene enormes implicaciones, el emprendedor podría tener un enorme resultado social con la formación de trabajadores que no tendría a corto plazo. Hoy en día, la empresa exige trabajadores que ya estén formados para la necesidad específica, aunque es imposible sin que la empresa sea una parte de la formación. Hay un espacio enorme para los sindicatos. Gran trabajo en la “certificación de capacidades”, de tal forma que en las transferencias en el mercado laboral el trabajador asume su propio equipaje. De la protección de la permanencia en el puesto de trabajo, a la protección que va en contra del trabajador y se mueve con él. Los pilares del trabajo del siglo XX se han roto conjuntamente: el lugar de trabajo y la jornada laboral con todos sus beneficios y dificultades. El trabajo inteligente, pero también el derecho a desconectar. ¿Balance general? “La tecnología no es un destino”, tenemos que ser capaz como órganos intermediadores de gestionar la transición y no caer en el determinismo tecnológico.

Rainer Rissmayer, Coordinador de EZA explicó cómo la digitalización se presenta a sí misma como un proceso de aceleración, y cómo la resiliencia se convierte en fundamental. ¿Quién será el dueño de los medios de producción y de los bienes? Por ejemplo, Flixbus no tiene sus propios autobuses, sino solo el servicio. Una serie de oportunidades y de riesgos al mismo tiempo. La digitalización debe ser planificada y diseñada, estamos en los inicios y lo podemos hacer. Por el momento, sin embargo, los sistemas educativos todavía son injustos y no son adecuados para los desafíos, ni siquiera en el modelo dual alemán.

Emiliano Manfredonia, Presidente del Patronato ACLI y Vicepresidente de ACLI afirmó que hoy en día se ha declarado una guerra para las nuevas generaciones. Es una guerra entre las nuevas y las viejas generaciones, pero también entre los jóvenes y el estado. En la actualidad, se comenta que es necesario que se jubilen al menos cinco personas para generar un puesto de trabajo. Todos los países están ajustando la edad de jubilación, aunque ninguno ha adoptado unos cambios tan drásticos como los de Italia con la Ley Fornero. Existe una vulnerabilidad importante desde 1996: sin ajuste al mínimo, las pensiones de 50-150 euros son posibles hoy en día, y no de 507 como la pensión social. Si el estado crea personas pobres, deja de haber bienestar. La seguridad social debe comenzar otra vez desde el art. 38 de la Constitución: “Cualquier ciudadano incapaz de trabajar y sin los medios necesarios para vivir tiene derecho a apoyo y asistencia social; los trabajadores tienen el derecho previsto y la provisión de un sistema de medios adecuados para sus necesidades vitales en caso de accidente, enfermedad, incapacidad y vejez, desempleo involuntario.” En la actualidad, el estado no está del lado del trabajador, sino que es la contraparte del ciudadano en la negociación de derechos. El mecenazgo está del lado de los trabajadores y es uno de los puestos de trabajo que no serán reemplazados por la automatización. Propuestas de ACLI: reestablecer un principio general de salida del mercado laboral que no sea posible cambiar cada año; para garantizar un ingreso adecuado, en cualquier caso, intervenir sobre el ajuste del mínimo (“pensión de inclusión”, también con actividades a desempeñar por los jubilados que todavía son capaces de hacer algo) y refinanciar la integración con pensiones adicionales.

Juliet Webster, Universidad de Cataluña, experta en igualdad de género, explicó como los riesgos del trabajo digital presentan un claro problema de desventaja de género, lo que se convierte en “normalizado” o “institucionalizado”. Incluso la forma en la que se hacen los contratos en el mundo digital, a menudo de manera informal a través de redes sociales y la red, expone a los trabajadores a desventajas que se amplían en lo referido a las mujeres. Las formas de trabajo inseguro han crecido exponencialmente desde 2000. En relación con el trabajo digital, a menudo hablamos sobre trabajo no remunerado que ahora realizan los consumidores, cuando una vez fue el trabajo de los trabajadores remunerados (p.ej. banco, tiques). La individualización del trabajo está creciendo, va más allá de la marca personal y de la gestión de identidad. Ser autónomo por Internet requiere la capacidad de venderse continuamente. Los trabajos relacionados con los nuevos medios de comunicación, en empleos temporales y precarios, están realizados sobre todo por mujeres. Estos trabajos son especialmente frágiles ya que están menos protegidos por los sindicatos. Se paga un alto precio personal en términos de estrés, conflictos familiares y relaciones con un punto importante: pretendemos y adoptamos estrategias individuales para afrontar problemas estructurales.

Barbara De Micheli, Fundación G. Brodolini, comentó cómo es necesario estudiar la relación entre el espacio y las nuevas formas de trabajo (hemos estudiado la relación con el tiempo, mientras que el espacio lo damos por hecho). Desde el aspecto físico del espacio hasta las interrelaciones que conforman el espacio. La ausencia de espacio en el mundo digital es una apariencia, aunque solo es un cambio. Cambio de la concepción de espacio, la concepción de límites. Salimos al extranjero… y al mismo tiempo en muchos trabajos no es necesario saber dónde estamos cuando trabajamos (el lugar del trabajo se convierte en irrelevante, incluso en “vacaciones” si es necesario) (p.ej. online): nos hace reflexionar. ¿”Dónde” estamos trabajando? El elemento real que permite la digitalización del trabajo es el microprocesador. Los procesos de toma de decisiones y el flujo de trabajo cambian. Las tecnologías presentan beneficios y problemas. Trabajar sin los límites espaciotemporales puede ser una ventaja, aunque todavía debemos pensar sobre los límites. El control del trabajador se hace mayor a medida que crece la digitalización: la autonomía no aumenta ni disminuye necesariamente. Si no consideramos la diferencia de género en nuestro mundo, también la replicaremos en el mundo digital.

Silvia Costa, miembro del Parlamento Europeo, recordó las 16 acciones de la Estrategia Digital Europea. El marco europeo de derechos y las garantías para los trabajos atípicos se están convirtiendo en la categoría de referencia, la categoría “típica”. La economía de los trabajos independientes ofrece muy poco en términos de empleo y también en términos de formación. La formación desempeña un papel principal en el nuevo bienestar: el trabajo cambia y necesitamos mantenernos.

El tema de la conciliación ha evolucionado de una relación madre-hijo, a una parificación padre-madre (paridad de género, permiso de paternidad/maternidad) para asumir que se debe proteger el “núcleo familiar” en presencia de las personas dependientes (no solo los hijos sino también la gente mayor). En cualquier caso, es difícil proteger a la familia hoy en día, las organizaciones del sector terciario deben ayudar a los políticos en esta dirección. La reconciliación “familia-trabajo” para el empleo digno. El doble de inversión en la economía asistencial provocará miles de nuevos puestos de trabajo.

Tras el foro social de Gotemburgo, ha cambiado el entorno, “las políticas sociales y de conciliación deben ser replanteadas”, ya que no es concebible ajustar el aspecto económico dejando la intervención social para después. Pronto se aprobará una nueva directiva sobre la relación entre familia y empleo, en términos de tiempo, límites y normas. Si el gobierno italiano ha recortado los 4 días del permiso de paternidad, estará obligado a reintroducirlo ya que en la Directiva será de al menos 10 días. El tema también es introducir salvaguardas mínimas en la UE, sobre todo en los asistentes informales, mujeres y hombres: debemos trabajar también en la protección y en los servicios para los asistentes (a menudo los asistentes fracasan con la gente a la que cuidan ya que están desprotegidos). Estudio de la portabilidad y de los aspectos del bienestar: por ejemplo, la tarjeta llave del estudiante europeo con cv, experiencias, etc., con acuerdos con hostales, hospitales, servicios educativos → derecho a estudios europeos (que no existen hoy en día: necesitamos ir más allá del “pequeño” Erasmus). También existe el bienestar asistencial en los estudios. La familia es un tema fuerte potencialmente, puesto en condiciones de debilidad: incrementa el individualismo, las soluciones parciales y solitarias. La reconciliación debe tener esto en cuenta y salir del individualismo. Hoy en día, las capacidades digitales están interconectadas con las capacidades sociales.

Adam Rogalewski, CESE afirmó que la población europea está envejeciendo y que sabemos que en algunos países carecemos de suficientes servicios asistenciales, debido también a las medidas de austeridad impuestas en los últimos años. La inmigración de los países europeos a otros estados es inevitable ahora para seguir desempeñando estos servicios asistenciales. En Polonia, la migración se da entre mujeres de 40 a 50 años, demasiado mayores para reinventarse con formación y demasiado jóvenes para jubilarse. Muchos jóvenes crecen sin sus madres porque trabajan en otros países como asistentes: debemos abordar este fenómeno con una visión global. Debemos tratar el trabajo doméstico como lo que es, un problema de circulación de mano de obra, y sacarlo de la gestión de los estados para llevarlo hacia las áreas de competencia de la Comisión. Si la legislación de la UE exige que todos tengamos un servicio de calidad, debemos remunerar este servicio, remunerando el empleo por su impacto social y no como lo venimos haciendo hasta ahora.

Resultados del seminario:

La propuesta del seminario fue, comenzando desde el diálogo social promovido por las asociaciones europeas presentes, crear una plataforma compartida para EZA / Industria 4.0, y tratar de entender si ACLI puede crear una plataforma política a la vista de las próximas elecciones europeas. Incluso las asociaciones deben desempeñar su papel, si son fuertemente pro-europeas como es el caso de ACLI. La intención es que debe ser un taller para la construcción e intercambio de buenas prácticas y de nuevos modelos de bienestar que cumplan con las expectativas de los ciudadanos europeos que deben afrontar los nuevas y rápidas reglas y métodos de trabajo en la era de la economía 4.0 y que necesitan formación, información, actualizaciones constantes y continuas y una protección adecuada.