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El diálogo social en Europa y su papel en las políticas laborales y sociales internacionales

Se necesita un diálogo social más fuerte en Europa y en todo el mundo, con el fin de que los puestos de trabajo se conviertan en un elemento clave para el futuro del trabajo, como deseamos. Eso destacó Bartho Pronk, presidente del Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores (EZA) en la plenaria de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrada en junio de 2017 en Ginebra. De esta forma, tomaba posición frente al informe “Trabajo y el cambio climático: la iniciativa verde” del director general de la OIT.

Bartho Pronk es el primer presidente de EZA que ha tenido ocasión de dirigir la palabra a la Conferencia Internacional del Trabajo, en la que alrededor de 4.000 delegados votan convenios internacionales, supervisan su aplicación y debaten sobre cuestiones internacionales que atañen al mundo laboral.

Desde 2016, EZA cuenta con estatus de observadora en la Conferencia Internacional del Trabajo y sigue las conversaciones, debate con los miembros de EZA que también están presentes y se reúne con los responsables de la OIT.

Surgía la forma de abordar y gestionar la migración laboral como uno de los temas importantes de este año. Se trata, ante todo, de encararla mejor en los contextos nacionales, de vecindad, regionales y suprarregionales, así como en la captación justa de mano de obra. 

En estos debates, así como en las conversaciones de EZA quedó patente de forma recurrente que los refugiados no solo necesitan protección frente a los conflictos armados, sino que también requieren perspectivas a medio o largo plazo para ellos y para sus familias. En este sentido, el empleo desempeña un papel clave. Sin embargo, solo se podrán extraer consecuencias positivas, si se ofrecen unas condiciones marco políticas adecuadas, así como con accesos al mercado laboral. Además de los movimientos migratorios de los países africanos, a los que se otorga mucha importancia en los medios, según las valoraciones de la OIT en el futuro también se tendrá que hacer frente a una migración más fuerte de Asia Central a Europa.

La Conferencia Internacional del Trabajo aprobaba una recomendación con el título de “Empleo y trabajo decente para la paz y la resiliencia”. Se trata de una actualización de un documento del año 1944 más acorde a las circunstancias actuales y futuras.

En otro debate, se analizaron de forma crítica los pasos dados relativos a los principios y los derechos fundamentales en el trabajo. De forma recurrente, la OIT verifica el cumplimiento de las normas fundamentales y los cuatro ámbitos esenciales: la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva, la erradicación del trabajo forzoso, la eliminación del trabajo infantil y la prohibición de la discriminación en la contratación y en el trabajo.

Además de observar los debates en curso, Bartho Pronk y Norbert Klein conversaron con responsables de la OIT. Entre ellos cabe destacar a Luc Cortebeek, vicepresidente del Consejo de Administración de la OIT, elegido entre tanto como presidente, a Heinz Koller, director regional de la OITA para Europa y Asia Central, así como a Anna Biondi, subdirectora de la Oficina para Actividades de los Trabajadores (ACTRAV).

Todos preparaban el aniversario de la OIT del año 2019, cuando la organización del trabajo de Naciones Unidas cumplirá su centenario. Se busca fusionar una mirada retrospectiva a los últimos cien años de la OIT con una mirada al “futuro del trabajo”, a la que también desea contribuir EZA.

Una vez más se organizó un debate entre los centros miembros de EZA que participan como delegados en la Conferencia Internacional del Trabajo. Los 16 participantes en esta comida celebrada en las instalaciones de la OIT expresaron su agradecimiento por esta oportunidad de intercambiar reflexiones y experiencias, en presencia también de Anna Biondi y del asesor especial para cuestiones sociales y religiosas del director general la OIT, Pierre Martinot-Lagarde.