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A favor de una Europa social de los ciudadanos

El Centro de Formación y Tiempos Libres y Base-Frente Unitaria de Trabajadores organizaron del 19 al 21 de octubre de 2017, en Costa da Caparica, un seminario internacional sobre el tema “A favor de una Europa social de los ciudadanos”. La organización del seminario tuvo el apoyo del EZA y de la Unión Europea. El evento reunió a más de 60 participantes pertenecientes a organizaciones de trece países de la Unión Europea: España, Alemania, Italia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Rumania y Portugal. Importa notar la elevada participación de todos los presentes y la riqueza de las ponencias presentadas y de los debates que se efectuaron.

Los participantes tuvieron asimismo la oportunidad de visitar la Asamblea de la República, presenciando el debate parlamentar que estaba transcurriendo y beneficiando de una visita guiada a la exposición “Muerte a la muerte! 150 años de la abolición de la pena de muerte en Portugal”. En esta ocasión, representantes de BASE-FUT, del CFTL y del EZA fueron recibidos en audiencia por la diputada Wanda Guimarães, Vicepresidente de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social. Se presentaron los objetivos del seminario y se dejó el compromiso de enviar a esta Comisión las ideas clave del mismo.

En 1994, el primer seminario internacional organizado por CFTL y BASE-FUT tuvo como tema “La Europa Social de los años 90” en un contexto de grandes transformaciones políticas y económicas en el espacio europeo. Pasados más de 20 años, se consideró pertinente volver a este debate en un momento en que la Unión Europea enfrenta fuertes desafíos políticos, sociales e institucionales como la ruptura con la austeridad, las propuestas de reforma institucional de la Unión, el Brexit, la acogida de refugiados o el crecimiento de las corrientes nacionalistas en varios países Europeos.

Europa está así ante una elección decisiva: seguir la carrera hacia el fondo en términos de derechos sociales; o volver a la vía de la armonización en el progreso. En el primer caso, seguimos en la vía de la degradación de las condiciones de trabajo y de los derechos conquistados, de la debilitación del diálogo social y de la propia democracia. Esta vía llevará a la desagregación del proyecto europeo, minado por la exacerbación del dumping social y por el sacrificio de la cohesión social en favor de la búsqueda insaciable de la competitividad.

El camino de la armonización en el progreso, por contraste, implica repensar la arquitectura de las instituciones europeas de forma a acercar Europa a los ciudadanos, someter la economía al bien común y poner a la persona humana en el centro de las políticas. Es imperioso otorgar a los objetivos e indicadores sociales la misma dignidad institucional que hoy se da a los objetivos e indicadores económicos y financieros. Tal representaría el regreso a los fundamentos y valores del proyecto europeo: una unión basada en la solidaridad y en la perspectiva de progreso social para todos. En este caso, las políticas de cohesión – empleo digno, protección social, justicia social, lucha contra la precariedad y desigualdades sociales – se transforman ellas mismas en factores de competitividad.

El trabajo fue el tema transversal a las diferentes mesas. La discusión fue más allá del empleo y abarcó muchas más vertientes – muchas veces no valoradas - del trabajo como el paro, la precariedad, los desequilibrios de poder en las relaciones entre trabajo y capital o el valor y el sentido del trabajo en la sociedad. Se concluyó que los cambios introducidos con la generalización de las nuevas tecnologías – uberización, robotización, dilución de las fronteras entre vida profesional y personal y familiar – han venido debilitando el estatuto de los trabajadores. La generalización de vínculos precarios y la casi inexistencia de una carrera profesional para las nuevas generaciones ponen en cuestión la identidad, la motivación, las aspiraciones y los proyectos de vida de los trabajadores. 

Es urgente revertir esta situación. Son necesarias reformas laborales que promuevan la igualdad de género y la conciliación de la vida familiar con el trabajo. Es fundamental frenar y ganar nuevas y viejas luchas como la disminución del horario de trabajo o el derecho a la desconexión para permitir una reapropiación del tiempo por parte del trabajador. Importa aún definir las responsabilidades que caben a los Estados en la nueva arquitectura de la Europa social. La preservación y el fortalecimiento del Estado-Providencia son más necesarios que nunca. Es imprescindible desarrollar las políticas europeas de regulación de la actividad económica y de armonización fiscal, para permitir una mejor redistribución de la riqueza y una mayor inversión en los servicios públicos. A su vez, las empresas deben de reconocer y cumplir con sus responsabilidades ante el Estado y los trabajadores.

Asimismo el tema de las migraciones y de los retos que representan para la Unión Europea fue destacado a lo largo del seminario. Estas migraciones deben de ser vistas de forma amplia, teniendo en cuenta tanto la entrada de poblaciones llegadas de fuera del espacio europeo como las migraciones entre los países del centro y de la periferia de la Unión Europea.

Importa desmitificar algunas ideas vehiculadas por discursos políticos y por la comunicación social cuyo objetivo consiste en provocar miedos, favoreciendo el desarrollo de movimientos xenófobos. Es necesario subrayar que las migraciones representan oportunidades para la Unión Europea en el ámbito de la crisis demográfica que pone en causa la sostenibilidad de la economía y de los sistemas de protección social. Se añade asimismo las aportaciones que los inmigrantes traen al nivel de la diversidad cultural. Importa así desarrollar mecanismos de integración y de no discriminación – mecanismos de extensión del derecho al trabajo y a la ciudadanía. La lucha contra la explotación de los inmigrantes y la lucha contra las redes de tráfico humano deben de ser una prioridad. La cuestión de la acogida de refugiados se pone en otro plano, el del humanismo.

Ante estos retos, las organizaciones de trabajadores tienen un papel importante que desempeñar para construir nuevas respuestas, para abrir un nuevo capítulo de la construcción de la Europa Social. Los sindicatos, las asociaciones y otros órganos democráticos deben de ter un papel importante en la vida de los trabajadores, permitiendo su participación y desarrollo cultural y personal. Estas organizaciones deben de ser una herramienta para educar para la democracia, para una ciudadanía europea activa. La movilización de los trabajadores es la única vía para evitar la erosión de la Europa Social, de la degradación de la democracia europea y de la marginación de los sindicatos en el Diálogo Social.